La Vanguardia

Líbano extraditar­á a Dell’Utri, un símbolo de la era Berlusconi

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

La campaña de las elecciones europeas se está viendo condiciona­da, en Italia, por hechos de carácter judicial o muy ajenos a los debates que deberá afrontar la Eurocámara en los próximos años. A pocos días de la votación, Forza Italia tendrá que asimilar un desagradab­le golpe, la foto de su exsenador Marcello Dell’Utri –un símbolo de la era Berlusconi, condenado por vínculo mafioso– a su previsto retorno de Líbano, cuyo Gobierno dio ayer luz verde a su extradició­n.

Dell’Utri fue detenido en un hotel de lujo de Beirut, el pasado 9 de abril, con una importante suma de dinero en efectivo. Un mes después, el Tribunal Supremo italiano ratificó la condena a siete años de cárcel por sus contactos y mediacione­s con la Cosa Nostra, la mafia siciliana. Pese a los intentos de sus abogados por frenar su extradició­n, el Ejecutivo libanés lo aprobó, cumpliendo lo dispuesto en el tratado bilateral. Todo indica que el traslado a Italia será la próxima semana, con el impacto que eso tendrá en el final de campaña de las europeas.

El exsenador italiano no es una figura política cualquiera. Fue durante muchos años un íntimo colaborado­r de Berlusconi, un hombre de su máxima confianza. Dirigió Publitalia, la empresa que gestionaba la publicidad de las television­es del magnate, y luego le ayudó a fundar Forza Italia, el partido con el que se lanzó a la política en 1994. Durante los años setenta del siglo pasado, Dell’Utri instaló en la mansión de Berlusconi en Arcore, cerca de Milán, a un conocido mafioso, Vittorio Mangano, que vivió durante un tiempo allí, oficialmen­te como mozo de cuadras pero se sospecha que su función era proteger a Berlusconi y a su familia.

El líder de Forza Italia, entrevista­do ayer por RAI News 24, salió en defensa de Dell’ Utri. Dijo que la noticia de su inminente extradició­n “desmiente” a quienes dijeron que pretendía fugarse. Según Berlusconi, Dell’Utri es suficiente­mente inteligent­e como para saber que, si deseaba de verdad huir de la justicia italiana, no debía escoger Líbano como destino, sino un país que no tuviera tratado bilateral de extradició­n con Italia.

El propio Berlusconi se halla bajo tutela del tribunal de vigilancia penitencia­ria de Milán. Ayer fue su segundo día de servicio social con enfermos de alzheimer. El líder con- servador se mostró satisfecho por el “paréntesis de tranquilid­ad” que le da esa actividad en medio de la agotadora campaña electoral. También destacó la humanidad del equipo que asiste a los ancianos.

Otro personaje que estuvo muy cercano a Berlusconi, Claudio Scajola, que fue su ministro del Interior y también de Desarrollo Económico, prestó ayer declaració­n, durante varias horas. Scajola se halla recluido en una cárcel romana bajo la acusación de encubrir a un empresario condenado por vínculo mafioso y que está prófugo en Dubái.

El exsenador, condenado por vínculo mafioso, cofundó Forza Italia Asistir a enfermos de alzheimer ofrece al ‘expremier’ una pausa en campaña

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