La mujer, ese regalo
A ver: que salga el politólogo que tuviera previsto que el machismo se iba a convertir en argumento o mercancía electoral en la España del 2014. Que salga, que le damos un premio a la intuición. Sin embargo, ahí lo tienen. Cuando menos se piensa, salta la liebre y le saltó al cogote del señor Arias Cañete. Iba tan contento al programa de Susanna Griso, a poner un toque de gloria a su debate con Elena Valenciano, a aprove- char su oportunidad de rematar a la contrincante de la noche, y se le escapó la frase horrible de la superioridad intelectual. Estoy convencido de que sólo quiso hacer una gracia. Es decir, que quiso mostrar el Cañete natural, suelto y campechano que la noche anterior los comentaristas habían echado en falta, pero resultó una gracia mortal.
Lo dicen los manuales: lo importante en campaña, sobre todo cuando se va de ganador en las encuestas, es no cometer ningún error. Seguro que se lo advirtió el entrenador Arriola en sus largas sesiones de preparación. Seguro que don Miguel no tiene un gramo de machista; pero sí tiene ese toque de humor tradicio- nal español de conversación de barra de café. Y fue a topar con la mujer, querido candidato. Fue a topar con ese poder fáctico. Le hizo el gran regalo al Partido Socialista. Un regalo que es capaz de anular toda la artillería que venía utilizando contra Zapatero y su manoseada herencia.
Este cronista tampoco tenía previsto que la estrategia socialista de situar al Partido Popular como enemigo de los derechos femeninos pudiese calar en este país. Es más: le parecía un argumento antiguo, incluso demagógico, sólo razonable si se pensaba en el aborto. Pero no contaba con el factor fortuna, tan decisiva en polí- tica, y la fortuna se alió con Elena Valenciano. Ha sido el vuelco de la campaña. Todos los argumentos, desde la experiencia europea del señor Arias a la gestión económica de su Gobierno, palidecen ante una explosión de machismo. Si las europeas tienen un fuerte componente de voto de castigo, los socialistas tienen la oportunidad irrepetible de dar la vuelta a las encuestas.
Pero cuidado: si aun así, después de cabrear a un número indeterminado de mujeres, no consiguen mejorar en las urnas las previsiones de los sondeos, es que el PSOE tiene un problema de mucha mayor entidad.
Cañete le hizo un regalo al PSOE que es capaz de anular toda su artillería contra Zapatero