La Vanguardia

Untar en Europa

- Jordi Graupera

Después de ver el eurodebate del jueves, con aquella euforia, me fui a casa. Al llegar, encuentro un sobre blanco de 20x20cm de cartón satinado y de un grosor extravagan­te. ¿Será el jamón o fuet de contraband­o (oro puro en Nueva York) que me envían a veces ciertas almas caritativa­s? No: mi nombre está impreso, no manuscrito.

Por detrás, un logotipo ocupa medio sobre. Es un especie de olivo bajo el que pone “Extra virgin olive oil” y “flavour your life”, que se puede traducir por condimenta o da sabor a tu vida. Más pequeños, debajo, tres logotipos: la bandera europea con la leyenda “Unione Europea”, el escudo y bandera de la república italiana y las letras: “Ministerio delle Politiche Agricole Alimentari e Forestali”, y el logotipo, de Unaprol, el “Consorzio Oliviocolo Italiano”. La frase que lo subraya todo es (en inglés), “Campaña financiada por Italia y la Unió Europea”, y ww.flavor-your-life.com.

Dentro, otro cartón de lujo con una fotografía que debe ser el resumen más perfecto de lo que Europa es hoy en el inconscien­te colectivo Occidental (y por lo tanto, la vía de entrada del argumento de venta): un hombre y una mujer de más de setenta años, en una cocina soleada, bailan cogidos en postura de pasodoble. Son bajitos, de piel morena, un saludable sobrepeso. Ella lleva un vestido de florecitas calcado a los que tenía mi abuela y él unos pseudoteja­nos atados muy arriba. Pegado al cartón, un recipiente de 15ml de aceite Bellucci, “100% italian”.

En la web de la campaña, se insiste en el concepto de vida armónica, reposada, ataráxica. Una especie de aristocrac­ia por la vía nutritiva. Los valores son la tranquilid­ad, la distensión física, la paz celular. En la web de Bellucci se ven dos descendien­tes de los Falciani, terratenie­ntes toscanos fundadores de la marca, ofreciendo a los americanos una experienci­a rústica aceitosa y subvencion­ada. En la web del Parlamento Europeo no se encuentra enlace, noticia o resolución alguna que explique de qué manera se decidió que los europeos pagarían para que yo y miles de residentes en EE.UU. recibamos gratuitame­nte 15ml de aceite de oliva virgen en nombre de la patronal italiana del sector y los Falciani, a cuya salud ahora mismo mastico armónicame­nte este pan con aceite. Ah, la decadencia.

Miles de residentes europeos en EE.UU. han recibido gratis aceite de oliva italiano

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