Por una mejor convivencia urbana
LA utilización del espacio público en una ciudad mediterránea como Barcelona, con una gran densidad de población, en la que por el clima resulta apetecible llevar a cabo múltiples actividades al aire libre, requiere de grandes dosis de educación y de civismo por parte de todos para compartir la diversión, el descanso y el trabajo en un clima de armonía, sin que las actividades de unos perjudiquen o molesten a otros.
Lograr ese clima de armonía no es nada fácil y por ello se hace necesaria muchas veces –más de las que sería deseable– la intervención de la Guardia Urbana para intentar poner orden y que, como mínimo, se cumplan las ordenanzas municipales, especialmente las que hacen referencia al ruido, que es lo que mayor malestar causa entre los vecinos.
El Ayuntamiento ha puesto en marcha diversas estrategias preventivas para evitar que el uso de actividades molestas en calles y plazas se intensifique antes de que llegue el verano, que es cuando se produce la máxima ocupación de estas, especialmente en los barrios de Ciutat Vella, Gràcia y la Barceloneta.
La gran afluencia de turistas influye en la ocupación masiva de los espacios públicos más populares, evidentemente, pero ello coincide con la creciente costumbre de buena parte de la juventud de hacer cada vez más vida social, día y noche, en las calles y plazas.
Especialmente interesante parece la intensificación del trabajo del grupo municipal de resolución de conflictos para intentar propiciar el necesario respeto hacia los demás, cuando se alteren las reglas urbanas de convivencia, antes de tener que recurrir a la Guardia Urbana porque el problema ya se ha creado. Actuarán también otros colectivos de mediadores, agentes cívicos y educadores de calle. La prioridad serán, de entrada, los barrios citados, que son los más conflictivos
La Guardia Urbana, además, patrullará de paisano para poder combatir con mayor eficacia las actividades ilegales, como la venta ambulante de alcohol, o para poder actuar con mayor inmediatez ante cualquier tipo de altercado. Estas tareas se complementarán con campañas específicas de concienciación contra el ruido, que es la molestia ciudadana que mayores denuncias provoca, así como con un mayor control de los establecimientos de ocio nocturno.
Hay que aplaudir las citadas iniciativas municipales para lograr una vida urbana más armoniosa, tranquila y agradable. Pero ello no debería hacer olvidar que la mejora del clima de convivencia urbana y la adecuada utilización de los espacios públicos es tarea de todos.