Vall d’Hebron detecta algún trastorno de aprendizaje en más del 20% de escolares
Las cifras son comparables a las europeas, pero aquí el 90% no está diagnosticado
Los resultados finales no estarán hasta junio, pero los provisionales, explicados en el congreso sobre déficit de atención e hiperactividad que se celebra en Barcelona, demuestran que más del 20% de los alumnos catalanes tiene algún trastorno de aprendizaje o psicopatológico que interfiere claramente en su desarrollo escolar. Y sólo el 10% de ellos lo sabía.
Estas conclusiones provisionales explicadas por el responsable de psiquiatría de Vall d’Hebron, el catedrático Miquel Casas, se basan en el análisis de 4.000 estudiantes de los cursos impares de cada ciclo, desde primaria a bachillerato. “Es el estudio más amplio llevado a cabo, y único en nuestra área”, explica el doctor Casas, “y ha sido posible por la apuesta de la Fundació la Caixa y el apoyo del departamento de Ensenyament y el de Salut”.
El impacto de esta certeza va más allá de saber que los escolares españoles son semejantes a los holandeses o los canadienses, que los porcentajes de cada una de las dificultades que se les ponen en el camino de su aprendizaje son idénticos. La realidad local es que durante mucho tiempo se ha negado en el mundo escolar y también en el sanitario esta moda de los trastornos que sólo trataba de vender pastillas. Para algunos eran inexistentes y, por lo tanto, no debían recibir tratamiento en los servicios de salud mental pa- ra infancia y adolescencia del sistema sanitario público, ni considerados dentro del aula por sus necesidades especiales. Para otros eran un cajón de sastre donde meter los malos resultados escolares o la incompetencia del sistema de enseñanza. Y a menudo se esgrime que lo que hay es sobrediagnóstico y que ahora se pretende enviar al psicólogo a cada niño que es un poco más movido que los demás.
“En todas las escuelas estudiadas, tanto en las que comenzó el estudio, las de Capellades, como las demás en las que ampliamos la investigación en la Garriga, Barcelona, Girona y Lleida, el resultado ha sido semejante y sin sorpresas”, indica Miquel Casas. Han detectado dislexias y otros trastornos de aprendizaje, déficit de atención e hiperactividad, trastornos de conducta, otras patologías en cifras aún pequeñas para llegar a conclusiones, como la fatiga, “y sorprendentemente, he-
Los alumnos con alguno de los problemas estudiados coinciden con los de peores resultados en su aula
mos encontrado discapacidad intelectual no detectada”. Esa uniformidad apenas nota diferencias económicas, salvo en el porcentaje de diagnosticados y tratados, mayor en las escuelas de zonas con más recursos.
Y han hallado una correlación absoluta entre los niños en los que se detecta alguno de los trastornos y la franja baja de resultados escolares en cada aula. “Cruzamos nuestros resultados con los de los profesores aula a aula, para evitar diferencias culturales y de nivel entre unas escuelas y otras. Y en todos los casos esos niños estaban en esa franja baja. Luego interfiere directamente en el desarrollo escolar”.
La investigación se ha llevado a cabo a través de la Fundació Vall d’Hebron Institut de Recerca con un equipo de cinco psiquiatras, diez psicólogos y logopedas, varios maestros y otros técnicos. La participación activa del Departament d’Ensenyament y también los de Salut y de Benestar Social permitirá que cuando se presenten los resultados definitivos haya un plan para ir resolviendo esa situación tan anómala de alumnos con problemas sin diagnosticar ni tratar. “Porque también demostramos que cuando se proporciona tratamiento, funciona”, afirma Miquel Casas.
El plan tripartito está en elaboración, pero desde Ensenyament se asegura que establecerán a partir de este curso pautas concretas para extender la identificación, la prevención y el tratamiento de esa realidad.