Contra la lepra
JACINTO CONVIT (1913-2014) Médico y científico venezolano
Hijo de un inmigrante catalán, el médico venezolano Jacinto Convit, fallecido el 12 de mayo en Caracas a los 100 años, fue uno de los mayores expertos mundiales en la lucha contra la lepra. Además de descubrir una de las curas de esta lacerante enfermedad, Convit combatió la estigmatización social de los leprosos.
Tras acabar en 1938 sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela, obtuvo una plaza de dermatólogo en el hospital Vargas de Caracas. Un año antes, siendo estudiante, Convit ya se había interesado por el tratamiento de la lepra y de inmediato se integró en un equipo de investigación en la leprosería de Cabo Blanco, en una época en que los enfermos eran confinados contra su voluntad, muchos de ellos encadenados.
“Lo que había era el deseo de resolver un problema grave de privación de libertad y de prejuicio de la sociedad, que no tenía razón de ser”, declaró Convit años después.
En esa época ya se investigaba con la dapsona, sustancia que aún hoy constituye uno de los principales compuestos contra la lepra. No obstante, Convit descubrió una de las curas contra la enfermedad al demostrar los efectos positivos de mezclar el Mycobacterium leprae o bacilo de Hansen, la bacteria que causa la lepra, con la BCG, la vacuna contra la tuberculosis.
Por ese avance y por sus trabajos en prevención y tratamiento de enfermedades parasitarias, como la leishmaniasis, la oncocercosis o la micosis, además de la lepra, Convit recibió en 1987 el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Un año después fue nominado al premio Nobel de Medicina.
Entre los años 1968 y 1978, Convit fue presidente de la Asociación Internacional contra la Lepra. Tras la creación bajo su tutela, en 1972, del Instituto Nacional de Dermatología en la UCV, la OMS lo nombró sede de referencia latinoamericana para la lepra y enfermedades tropicales.
Más tarde, en 1984, el centro se convertiría en el Instituto de Biomedicina, que tras la muerte de Convit será bautizado con su nombre. Desde el instituto,
Recibió el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y fue candidato al Nobel
el doctor impulsó en el 2010, con 97 años, una avanzada investigación, que aún prosigue, para desarrollar una autovacuna contra el cáncer de mama, estómago y colon.
Reconocido humanista, Convit siempre quiso, por principios, desarrollar su labor en el ámbito de la medicina pública. Hace dos años también se constituyó en Caracas una fundación que lleva su nombre.
Una de las muchas anécdotas de la larga trayectoria de Convit fue que conoció al Che Guevara cuando éste era estudiante de medicina y viajaba por el continente en moto junto a su amigo Alberto Granado. De hecho, ese primer viaje de los dos argentinos, inmortalizado en la película Diarios de motocicleta, acabó precisamente en Venezuela, donde ambos se separaron porque Granado se quedó allí para trabajar, precisamente, contratado por Convit como bioquímico en la leprosería de Cabo Blanco. El propio Granado explicó que acudió a la entrevista con el doctor acompañado por el Che, y que luego el que sería líder revolucionario lo acompañó a la leprosería antes de regresar solo a Argentina.