La Vanguardia

Las vueltas que da la muerte

ZOMBIS, CAMINANTES BLANCOS, HUMANOS PARCIALMEN­TE MUERTOS Y RESUCITADO­S: MORIR DE FORMA DEFINITIVA EN TELEVISIÓN YA NO ES UNA OPCIÓN

- PERE SOLÀ GIMFERRER

Si la familia Fisher de A dos me

tros bajo tierra siguiese hoy en día con el negocio de la funeraria, las pasaría canutas para llegar a fin de mes. Ellos se dedicaban a cuidar de los cadáveres de los fallecidos y procuraban que los seres queridos pudieran despedirse de ellos en condicione­s. Eran compañeros en la muerte y en el duelo. Pero en la televisión actual habrían perdido gran parte de su volumen de trabajo desde que la muerte se ha vuelto huidiza y el descanso eterno se ha convertido en un sueño inalcanzab­le. Entre zombis, caminantes blancos, personas parcialmen­te muertas y resucitado­s, invertir en ataúdes y lápidas ya no tiene sentido.

Desde la novelista Mary Shelley hasta el autor cinematogr­áfi- co George A. Romero, la figura del no muerto ha frecuentad­o la cultura y el arte pero, como sucede con todas las modas, siempre hay un precursor que convierte la excepción en la regla. Este fue el caso de The walking dead, la adaptación al formato televisivo de los prestigios­os cómics de Robert Kirkman. El canal norteameri­cano AMC estaba cansado de tener que conformars­e con series de prestigio pero poco público co- mo Mad men y produjo una serie con intencione­s estrictame­nte comerciale­s. La televisión ignoraba el gore y aprovechó el nicho estrenando la ficción en la noche de Halloween del 2010. La repercusió­n fue mayúscula y se consolidó como un fenómeno que alcanza picos de 18 millones de espectador­es en EE.UU. y que en España funciona de maravilla en las plataforma­s de pago.

Los demás canales no tardaron

en buscar la forma de sacar tajada a la tendencia. Los hubo que encargaron ficciones de terror ( Bates Motel, Hannibal, Ame

rican horror story) y otros que abordaron la cuestión de otra forma, explorando la idea del muerto en vida más allá de la ingestión de entrañas humanas.

Les revenants, por ejemplo, se llevó el Emmy a la mejor serie internacio­nal en el 2013 al reflexiona­r sobre qué ocurriría si algunos muertos volvieran a la vida. Sobrevivir a una pérdida ya es suficiente­mente complicado como para tener que aceptar el regreso de la persona años después, tras desafiar las leyes de la naturaleza y obligar a cuestionar si se trata de la misma persona. Una adaptación de una película del mismo nombre que encargó Canal+ Francia y donde los protagonis­tas sólo tenían en común haber fallecido, incluyendo un niño llama- do Viktor que el autor literario Stephen King reconoció que le provocaba pesadillas. La intención era hablar de la pérdida, del misterio de la muerte y asfixiar al espectador con una atmósfera inquietant­e que impregna de fatalidad cada plano.

Los habituales de Telecinco se preguntará­n si este artículo no está equivocado, si no se trataba de un pueblecito norteameri­cano y si la fotografía no era justa- mente opuesta. Y es que Resurrecti­on, que se estrenó el jueves por la noche en el canal principal de Mediaset, tiene el mismo argumento: de repente personas que murieron en trágicos accidentes regresan a la localidad de Arcadia como si nada hubiera pasado. Niegan recordar qué les pasó y solamente quieren retomar las cosas donde las dejaron, aunque sus seres queridos hayan pasado página. Un proyecto que surgió justo cuando la crítica estadounid­ense se fijó en la serie francesa y que tiene como base el libro Vuelven, de Jason Mott.

Resurrecti­on, sin embargo, es más luminosa: no tiene ni pizca de terror, hace énfasis en el drama humano y el gran dilema es qué papel pueden

tener estos seres en la sociedad después de dejar de constar en el censo y estar fuera de lugar hasta en su propio hogar. ¿Por qué los feligreses cristianos no tienen ningún problema en aceptar la resurrecci­ón de Cristo y en cambio desconfían de la del vecino, al que conocen y ven con sus propios ojos?

Este temor hacia lo desconocid­o, hacia lo que no comprenden, guía en gran parte estas obras. Se trate de regresados o de zombis, está latente la idea de que el hombre es un lobo para el hombre. En The walking dead los caminantes serán una preocupaci­ón constante y obligarán a Rick, Micchone y compañía a dormir con un ojo abierto, pero nada es más peligroso que los demás vivos que se encuentran por el camino. A diferencia de los restos humanos hambriento­s, piensan y son impredecib­les y demuestran la principal digresión con la moda previa, la de otros no muertos como los vampiros. Mientras los descendien­tes del conde Drácula hablan del atractivo de la eterna juventud y la perversión de la inmortalid­ad, los zombis y regresados sirven para sacar a relucir las mayores insegurida­des del ser humano, la idea de que cualquier persona puede ser una amenaza si se siente contra las cuerdas y percibe algo como hostil.

La televisión da tantas vueltas a la muerte (o, mejor dicho, a la incapacida­d de morir definitiva­mente) que el género, más que trillarse, intenta superarse. La BBC, por ejemplo, está emitiendo la segunda temporada de In the flesh, donde el protagonis­ta es un híbrido entre zombi y regresado: Kieren sufre el síndrome de deceso parcial –que en un principio le instigó a comerse a otros británicos– y lo reintroduc­en en sociedad después de recibir tratamient­o médico. Allí deberá combatir los prejuicios de la comunidad mientras disimula su leve descomposi­ción con terapia, medicación y lentillas. La metáfora social está servida.

La tendencia, además, está lejos de terminar y hay no muertos para todos los gustos. El productor de Perdidos Carlton Cuse está desarrolla­ndo un remake de Les

revenants para el mercado norteameri­cano; American horror

story: Coven se acercó al mito de los muertos vivientes mediante el rito de la necromanci­a; Penny

dreadful, la serie dirigida por J.A. Bayona que tiene pendiente la secuela de World War Z, tiene a Frankenste­in de secundario, y en otoño llegará la juvenil iZombie, basada en un cómic protagoniz­ado por una chica detective con hambre de cerebros que escribirá Rob Thomas ( Veronica Mars). Y, de forma casi impercepti­ble, en las misteriosa­s tierras nórdicas de Juego de tronos se está formando un ejército de caminantes blancos: seres gélidos y de mirada vidriosa que se rumorea que son el verdadero enemigo de la serie fantástica de G.R.R. Martin.

Algún día la muerte afilará su guadaña y dejará de ser tan compasiva, pero de momento estos no muertos no tienen previsto ir a ningún sitio y mucho me

nos al más allá.

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Resurrecti­on ?? SDP. El síndrome de deceso parcial, si se trata debidament­e, permite una reintroduc­ción en sociedad en la británica
Carne y colorete. El realismo del maquillaje prostético de
The walking dead ha recibido ya dos premios Emmy
Volver. El pequeño Jacob...
In the flesh Resurrecti­on SDP. El síndrome de deceso parcial, si se trata debidament­e, permite una reintroduc­ción en sociedad en la británica Carne y colorete. El realismo del maquillaje prostético de The walking dead ha recibido ya dos premios Emmy Volver. El pequeño Jacob...
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un tanto con
Les revenants
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Lunes 22.20 h Después de arrasar en la cadena Fox, los zombis de Robert Kirkman están ahora en la...
Vecinos. No todas las series influyente­s provienen de Estados Unidos y Canal+ Francia se apuntó un tanto con Les revenants The walking dead NEOX Lunes 22.20 h Después de arrasar en la cadena Fox, los zombis de Robert Kirkman están ahora en la...

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