“No voy a pedir disculpas” por liberar al sargento Bergdahl, dice Obama
Un calendario de quita y pon. La ciudad de Hailey, en Idaho, ha tomado una decisión drástica.
El próximo 28 de junio –verbena de San Pedro– lo habían marcado como la fecha para otra verbena local. La dedicada a Bowe Bergdahl, el sargento liberado tras cinco años prisionero de guerra de los talibanes. La han cancelado por motivos de seguridad.
Temen que su población de 8.000 habitantes se vea desbordada por un contingente aún mayor de visitantes. Y lo que es peor, confrontados entre defensores y detractores de Bergdahl por su condición de desertor. En un informe oficial del 2009 ya se recogió que en dos ocasiones previas “se extravió”. Del día de su desaparición indica que se fue, pero no utiliza la palabra “desertor”.
Esa imagen del sábado de Obama abrazado a los padres del militar ha tenido el efecto contrario al buscado. En lugar de unir ha dividido. Parece que Obama nun-
Un informe del 2009 indica que el soldado se “extravió” en otras dos ocasiones, pero no habla de desertor
ca pensó que una buena noticia –en su primer comunicado calló que lo habían canjeado por cinco talibanes– le pondría tan a la defensiva. Seguramente no, pese a que ayer en Bruselas dijo estar acostumbrado. “Nunca me sorprenden las controversias de Washington”, remarcó.
De nuevo se vio obligado, en medio de su viaje a Europa, a responder preguntas sobre esta crisis. “Vimos una oportunidad –indicó– y la aprovechamos. No voy a pedir disculpas por esto”.
“Es importante que la gente entienda que esto no es una abstracción, no es fútbol política. Hay unos padres, cuyo hijo voluntariamente fue a la guerra, al que no habían visto en cinco años y que no sabían si lo verían”.
A un grupo de congresistas los ilustraron el miércoles con el vídeo por el que se decidió la acción. Muchos, incluidos demócratas, afirmaron al salir que no habían visto peligro inminente para la salud del sargento. Eso es lo que argumenta el Gobierno para justificar que no informara al Congreso.