“Hay que facilitar opciones de acceso a la vivienda”
Zaida Muxí Arquitecta y profesora de urbanismo ETSAB- UPC
¿Qué respuesta puede dar un plan urbanístico a la diversidad poblacional de una ciudad?
El trabajo de un plan urbanístico debe ser, precisamente, evitar que se creen espacios de homogeneización. Hay que crear diversidad de usos, tanto en el suelo como en el interior de los edificios. En la creación de vivienda, hay que ser más flexible en las condiciones que determinan su condición de habitáculo. Hay claves de diseño que permiten que un mismo espacio lo puedan ocupar un estudiante, una pareja o una familia, mientras que los apartamentos muy prediseñados ya responden a un único tipo de habitante.
¿Hay que aplicar esta misma flexibilidad al acceso a la vivienda?
Tenemos un modelo muy definido dividido entre compra y alquiler, y hay que ampliar ese abanico de opciones. Ciudades como Londres y Vancouver han obligado por ley a reservar un 35% y un 40% de vivienda social en todas sus construcciones. Hay viviendas para rentas minimísimas, subvenciones al alquiler,... Además, la ley debe proteger al inquilino, que en las situaciones actuales de alquiler tiene muchas dificultades para echar raíces.
Eso implica una mayor intervención estatal en la regulación...
Exacto. El estado debe crear esta normativa que permita tener más opciones de acceso a la vivienda. Los ciudadanos ya no piden ser propietarios, sino tener derecho a la vivienda.
¿Cómo casa esto con el mercado?
El mercado solo ve al estado intervencionista cuando va en su contra. Solo es cuestión de abrir juego a que otros agentes entren en la producción de viviendas.
Usted también insiste en atender a las necesidades de género.
Hay roles que se han asignado históricamente a las mujeres, pero las ciudades no están pensadas para respetar sus activida- des. Las metrópolis se dividen en áreas de trabajo y áreas de vivienda. La desconexión entre ellas no permite a las mujeres conciliar su vida laboral con su vida doméstica y, a la vez, ser activas a nivel social y político.
¿Y cómo puede intervenir un plan director en la transformación de los suburbios de baja densidad?
Se trata de un proceso muy lento. El problema de estos suburbios es que solo tienen casas y no hay manera sencilla de transformar eso en un barrio.
¿A qué se refiere con transformar en un barrio?
A poder ir andando a dejar los niños a la escuela, a comprar el pan o a tirar la basura. En las áreas de baja densidad no se puede hacer, porque no hay manera de sostenerlo a nivel económico. En Estados Unidos llevan más de 25 años intentando transformar estas zonas. Es un proceso muy lento, con avances progresivos y en el que la participación de la población es indispensable. Para estos casos, un plan debe ser flexible y trabajar con procesos abiertos.