Cosas (notables) que cuenta nuestra encuesta
El nuevo Rey obtiene buena nota. Hasta los votantes de CiU le aprueban por los pelos. Ya quisieran para sí muchos políticos... Más allá de esa primera lectura, la encuesta que hoy publica La Vanguardia explica muchas más cosas. Cuenta que a seis de cada diez españoles les gustaría que les consultaran sobre monarquía o república, aunque enseguida confiesan que prefieren la Corona. A buen seguro intuyen que algo de razón debe tener Paul Preston cuando alerta de la crispación que introduciría un jefe del Estado como José María Aznar o Felipe González. Y, sin embargo, los ciudadanos expresan así su deseo de participar más en la gobernación. Aflora una necesidad de dejar atrás los temores y tabúes de la transición. No se trata del recurrente adagio lampedusiano de que todo cambie para que todo siga igual. El autor del Il Gatopardo no era un inmovilista, pero sabía que todo cambio requiere su tiempo, que el pasado se resiste a marchar hasta que alumbra un nuevo orden. Que no es el orden al que aspiran las revoluciones, sino una mejor forma de convivencia. Esta democracia es homologable a la de otros países avanzados, pero adolece de falta de oportunidades para la participación. Al ciudadano no le quita el sueño el dilema monarquía o república, pero quiere discutir cómo funciona el sistema.
El sondeo cuenta que casi el 80% de catalanes pide un gesto al Gobierno del PP antes del 9 de noviembre, fecha prevista para una consulta. Lo sorprendente es que el 60% de los españoles se suma a esa demanda. Un gesto que abarca desde la lengua a la financiación. Los españoles consideran este un problema a afrontar y resolver. No quieren mirar hacia otro lado. Otra vez no se trata de cambiar para que todo siga igual, sino de instaurar una nueva relación. El pasado, de nuevo, se empecina en paralizar los avances. Pero la sociedad española está superando viejos atavismos. Sería bueno que el Gobierno supiera leerlo.