“Los yihadistas ven el combate como ‘turismo sagrado’”
Abdelah Rami, politólogo experto en movimientos yihadistas
Nacido en Larache cuando el protectorado español sobre la zona norte de Marruecos hacía años que había terminado, Abdelah Rami lleva años estudiando el más mínimo detalle relacionado con los movimientos islamistas, salafistas y yihadistas. Este politólogo e investigador encuentra sentido, por la historia y su conocimiento del islam, a palabras y gestos que a otros se les escapan. Nos los cuenta por teléfono desde Marruecos.
¿Por qué este aumento inaudito de la violencia y la crueldad de los yihadistas? Actualmente la versión más extrema en la corriente de Al Qaeda es Daish (las siglas que da la fonética árabe de Estado Islámico de Iraq y Siria, EIIS), que Zarqaui creó en el 2006, y que es la más extendida en la comunidad yihadista mundial. El EIIS ya ha sido criticado por los dirigentes de Al Qaeda, sobre todo Al Zauahiri y el jeque Al Maqdisi, por su tipo de asesinato brutal y particularmente su forma de masacrar a los chiíes. Al Qaeda tenía como objetivo Estados Unidos y sus tro- pas y los países occidentales, mientras que ahora la prioridad son los chiíes y sus propios gobiernos. Se puede decir que Al Qaeda se divide actualmente en dos orientaciones; la primera es la clásica, la liderada par Zauahiri, y la segunda es el EIIS de Abu Bakr al Bagdadi, más violenta y más potente.
Esa violencia ¿es sólo para aterrorizar a la población? El terror es el arma más importante adoptada por el EIIS. A nivel ideológico, cree que la táctica de sembrar el miedo por la imagen, matar a cuchilladas, degollar, es la mitad de la victoria. Esta táctica se basa en una cita de Mahoma: “Vencí por el terror”.
Se ve una evolución de los yihadistas que luchan en otros países para ayudar a su hermanos musulmanes desde Afganistán hasta Siria. ¿Qué ha desencadenado el cambio? Ha habido árabes luchando en Afganistán, desde 1979, guiados por Abdelah Azam, y el grupo árabe en Chechenia fundado por el saudí Jatab, así como los de Bosnia y los poco mencionados extranjeros en la Argelia de los años noventa. Este fenómeno está ligado a la llamada al apoyo, nusra (en árabe, de ahí el Frente Al Nusra), un término con una carga religiosa muy fuerte. Este fenómeno aumenta según las circunstancias geopolíticas y hoy, la nueva generación de yihadistas ve la yihad en el extranjero como un turismo sagrado. Es una especie de moda y coincide con la desaparición de las fronteras que favorece la mundialización.
Hay estudiosos que dicen que es El Asad quien ha formado el EIIS para presentarse como el mal menor ante Occidente, a pesar de que sigue masacrando a su población, incluso en los campos de desplazados. El EIIS es una carta geopolítica que se juega en todas partes: Estados Unidos, los países del Golfo, Siria, Irán. Es cierto que el núcleo duro del movimiento son los exbaasistas de Sadam que se convirtieron al salafismo yihadista, pero la organización está abierta a todos los yihadistas, sean auténticos o falsos; es decir, agentes secretos de todos los países. Sabemos que los yihadistas tienen como objetivo a todo el mundo: los occidentales, los chiíes, los gobiernos locales suníes… Por eso, todos los países que se infiltran en el EIIS luchan por orientar y
reorientar sus prioridades. Hay una competencia entre los estados para utilizar el yihadismo para sus intereses políticos o con fines geopolíticos.
El ejército sirio no atacó al EIIS, que controla la ciudad de Raqa desde el 2012, hasta el 15 de junio pasado. Sin embargo, ataca al Ejército Libre Sirio (ELS) y el Frente Al Nusra. Es el juego de equilibrio para el poder sirio. A nivel estratégico, el EIIS es el más débil porque está clasificado como grupo terrorista en todo el mundo, está aislado, aunque sea el más fuerte sobre el terreno. Por el contrario, los otros movimientos, como Yabaht Islamiya (Frente Islámico), Harakat Sham (Movimiento Gran Siria) y Frente Al Nusra, así como el ELS, reciben el apoyo de los países Amigos del pueblo sirio, que representan a medio mundo. Por tanto, estos últimos son más peligrosos para El Asad, que lucha contra su supuesta alternati- va, que es el ELS, apoyada por Occidente, y no el EIIS, que es el enemigo de todos. El Asad permite al EIIS extenderse sobre el terreno según cálculos de guerra y le protege para salvar la que resulta ser su carta de negociación con los occidentales. Creo que ha conseguido jugar bien ese as en la manga.
Aparentemente los extremistas consideran que los países del Golfo son apóstatas. ¿De dónde reciben la financiación y las armas? Los del EIIS se entrenan en campos de Al Anbar (provincia del oeste iraquí) desde el 2012. El régimen de El Asad está bien infiltrado en estos grupos desde el 2003, cuando abría sus fronteras de par en par a los yihadistas del mundo para que combatieran contra Estados Unidos. Los utilizaba, y sigue utilizando ahora al EIIS, aunque ya no lo dirige ni controla su evolución. ¿Cómo se explica que la mayoría de los combatientes del EIIS sean saudíes? De hecho, el 80% de sus combatientes son extranjeros. Y son unos cien mil en total. El dinero llega de Kuwait a la vista de todo el mundo. Y cuentan con el apoyo logístico de Turquía; ¡todos los combatientes extranjeros han entrado por Turquía! Todo el mundo juega el juego del yihadismo y nadie lo controla. Cada país tiene su rama en el EIIS, pero su dirección es independiente. Hay un monstruo en Oriente Medio a cuya creación todos han contribuido. No sabemos qué puede provocar en Europa debido a la mundialización...