Los catalanes creen que el nuevo Rey conoce bien la realidad de Catalunya
Los españoles, divididos sobre el papel de Felipe VI ante el conflicto territorial
Los catalanes contemplan a Felipe VI como un Monarca receptivo a sus problemas y buen conocedor de la realidad singular de Catalunya. Casi un 70% de los consultados por el sondeo de Feedback cree que el nuevo Rey conoce mucho o bastante la realidad de Catalunya, y los porcentajes son aún más elevados entre los electores de CiU o los de Esquerra (más del 75%). Sólo un 30% considera que Felipe VI conoce poco los problemas de Catalunya (cifra que se eleva al 40% entre los votantes de izquierda).
Sin embargo, una mayoría de catalanes (del 56% frente al 41%) duda de que el nuevo Rey pueda contribuir a resolver el contencioso territorial entre las instituciones de Catalunya y las del Estado. Y ese escepticismo, aunque en menor medida, se extiende al conjunto de España, donde los ciudadanos están divididos a partes iguales (en torno al 47%) sobre las posibilidades de Felipe VI para ayudar a encontrar salidas al pleito catalán. Los votantes del PP son los más optimistas al respecto (60%), mientras que los del PSOE son algo menos (51%), y los de IU están divididos.
En Catalunya, en cambio, el escepticismo es muy alto entre el electorado nacionalista: casi el 60% de los votantes de CiU y más del 80% de los de ERC descartan que Felipe VI pueda contribuir a resolver los conflictos. Por contra, cerca del 60% de los electores de ICV (y un 55% de los de Ciutadans) se muestran convencidos de las posibilidades del Monarca de mediar en el conflicto.
De hecho, este papel del Rey como encarnación simbólica del entendimiento entre los distintos territorios se aprecia en el hecho de que casi un 75% de los españoles considera que el nuevo Monarca debería conocer las lenguas cooficiales del Estado (catalán, euskera y gallego), algo en lo que, por cierto, tanto Felipe de Borbón como la reina Letizia llevan tiempo trabajando con visibles resultados. Y esta demanda la comparten incluso los votantes del PP (65%) o UPyD (83%).
En este contexto, el veredicto de las respectivas opiniones pú- blicas, española y catalana, sobre la actitud de CiU durante la votación de la ley de abdicación presenta ciertos paralelismos y una visible división de pareceres.
Eso sí, mientras una pequeña mayoría en España (38% frente al 33%) considera que el nacionalismo catalán debió votar a favor de la abdicación en lugar de abstenerse, esa correlación se invierte en Catalunya, con un 40% de opiniones partidarias de la abstención, frente a más de un 33% que hubiesen preferido un voto a favor de la abdicación. De hecho, entre los votantes de CiU, casi un 30% habría apostado por ese voto positivo a la ley de abdicación, aunque una mayoría (48%) se identifica con la abstención que finalmente adoptó la federación nacionalista en el Congreso.
El paralelismo se encuentra en el hecho de que una mayoría de españoles (el 48% frente al 40%) considera justificada la posición de CiU ante la votación, en línea con la opinión dominante en Catalunya, donde ese porcentaje se eleva al 57% (frente a casi un 31% que no ve justificada la actitud de los nacionalistas). En realidad, más del 70% de los electores de CiU cree justificada la abstención, frente a un 20% que no.