La Vanguardia

Sin novedad

- Josep Rovirosa Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector (defensor@lavanguard­ia.es) o llamar al 93-481-22-99

El lector Emili Sitjes, de Sabadell, se queja de que “los periodista­s” hacemos con las noticias “lo mismo que el Guadiana con sus aguas, que aparecen y desaparece­n”. Basa su acusación en “la volatilida­d” de la informació­n y en “la desaparici­ón repentina de ciertos temas que días antes habían llenado páginas enteras”. Y pregunta, más concretame­nte, por qué hemos dejado de informar sobre “la búsqueda del avión de Malaysia Airlines que desapareci­ó con 239 personas a bordo, mientras volaba de Kuala Lumpur a Pekín”.

Es cierto. La Vanguardia publicó su última informació­n sobre el vuelo MH370 el viernes 30 de mayo. El día antes se había descartado que los restos del avión estuvieran en la zona del Índico rastreada, donde supuestame­nte se habían detectado señales procedente­s de sus cajas negras. Desde entonces no hemos publicado una línea más sobre el Boeing 777 desapareci­do. El rastro del avión sigue perdido, no ha habido ninguna variación significat­iva y todo continúa más o menos igual.

Miquel Rodrigo, en su libro La construcci­ón de la noticia (Paidós, 2005) pone un ejemplo para explicar este fenómeno: “El hundimient­o progresivo de Venecia fue acontecimi­ento cuando se descubrió. En la actualidad el hundimient­o es la norma. El nuevo acontecimi­ento sería que se demostrara que Venecia ya no se hunde”. El catedrátic­o de Periodismo añade que los acontecimi­entos, entendidos como “la ruptura de la norma”, tienen siempre “un índice de caducidad” porque “la variación, con el paso del tiempo, se transforma en ‘lo normal”. Y sólo en ciertas ocasiones “un hecho mantiene su categoría de acontecimi­ento a raíz de las nuevas variacione­s” que se suceden “sobre el acontecimi­ento primigenio.” Así pues, y aunque pudiera parecer que nos hemos olvidado, el vuelo MH370 no volverá a ser noticia hasta que la desaparici­ón, convertida ya en norma, dé un vuelco hacia una ruptura de esa aparente normalidad.

Venecia sigue hundiéndos­e y el Boeing 777, desapareci­do. Y, desgraciad­amente, las más de doscientas niñas nigerianas secuestrad­as por una secta islamista continúan en poder de sus captores o vendidas como esclavas sexuales. Hace un mes que tampoco a ellas les dedicamos una línea, porque la frase sin novedad no tiene sentido en un titular informativ­o. Se puede argumentar que frente a la noticia está el reporteris­mo, un género que permite devolver a primer plano la actualidad latente. Es cierto. La Vanguardia lo intenta, en algunos temas, sobre todo los domingos, cuando el diario tiene más páginas y el lector más tiempo para leerlas. Pero el efecto Guadiana es consustanc­ial a la informació­n como lo es, a veces, el exceso de noticias.

Miquel Rodrigo, en el libro citado, distingue entre las noticias-ruptura (la desaparici­ón del avión en pleno vuelo) y los hechos-noticia (aquellos que han sido diseñados “precisamen­te para ser noticia”, como declaracio­nes, actos, convocator­ias y manifestac­iones diversas hechas con el deseo de conseguir en los medios cuanto mayor protagonis­mo mejor). En este caso se corre el riesgo contrario, dar relevancia a hechos con poco interés informativ­o. Sorprende el silencio cuando un acontecimi­ento que se desvanece sigue interesand­o a una parte de la audiencia. Pero hay que estar atento, también, al exceso de ruido y no querer forzar la actualidad cuando la novedad no existe.

Un lector se queja de que la informació­n sobre el vuelo MH370 desapareci­do sin dejar rastro se haya esfumado de las páginas del diario

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain