Mercabarna social y solidaria
Más allá de los resultados económicos, el mercado central consolida su apuesta por los valores con un 21% de donaciones al Banc dels Aliments y el éxito de la formación para parados
Los resultados económicos que Mercabarna registró en el año 2013 –presentados hace sólo unos días– consolidan al polígono como centro logístico de primera magnitud en el Mediterráneo. Pero, detrás de las cifras de beneficios –el 8,2% más en comparación a 2012– y de inversiones –más de ocho millones de euros previstos para todo 2014–, existe una realidad humana y social, la cara de Mercabarna más solidaria y comprometida con las personas; una faceta que, igual que sucede en el ámbito económico, ofrece estadísticas para la esperanza.
DONACIONES Y FORMACIÓN Mercabarna y las empresas ubicadas en el polígono alimentario ratificaron en 2013 su compromiso con la tarea solidaria que realiza la Fundació Banc dels Aliments. Prueba de ello es el incremento del 21% de las donaciones de alimentos en el almacén que la entidad benéfica tiene en Mercabarna. En total, se aportaron 641.412 kilos de productos, una cifra que convierte a 2013 en uno de los años con mayor volumen de donaciones, y que es consecuencia directa de la campaña de comunicación realizada durante los meses de junio y julio por la compañía y las asociaciones de mayoristas del recinto para conseguir donaciones diarias de alimentos frescos –es decir, no sólo de productos excedentarios– ante la llamada del Banc dels Aliments por la falta de comida. La mayoría de las donaciones –623.597 kilos– fueron de frutas y hortalizas, mientras que de pescado y marisco se dieron 17.815 kilos.
Otro ejemplo de esta Mercabarna social lo constituyen la veintena de cursos de formación ocupacional para personas en situación de paro co-organizados en 2013 por los Servicios de Formación de la compañía. Los cursos –que equivalen a 5.642 horas lectivas impartidas, de las que se beneficiaron 305 alumnos– se hicieron a petición de diferentes ayuntamientos, entidades sociales –como Cruz Roja, Cáritas, el Centre d’Iniciatives per a la Reinserció o el Secretariado Gitano– y el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC). El alumnado –personas con gran riesgo de exclusión social, jóvenes no cualificados, presidiarios, ex presidiarios...– aprendió los oficios y las técnicas del vendedor polivalente, el florista, el pescadero, el sacrificio faenado y el despiece de canales o las actividades de auxiliar de almacén. Según datos del SOC, el 44,8% de los alumnos de 2013 se han incorporado este año al mercado laboral.
Las clases las imparten profesionales del sector vinculados a Mercabarna y expertos titulados en materias más concretas, como la seguridad alimentaria o la higiene en la manipulación de alimentos. “Incluimos un periodo de prácticas en el que se envía al alumno 40 o 80 horas a una empresa, a practicar lo que ha aprendido”, explica Maite Palat, directora del Servicio de Formación de Mercabarna. “Si el alumno funciona –prosigue Palat–, puede lograr la inserción laboral. Los que no se incorporan a Mercabarna, entran en una bolsa de trabajo exclusiva para los alumnos que han hecho algún curso. Y también hacemos un seguimiento de los ex alumnos: los llamamos periódicamente, para ver en qué si- El 45% de los alumnos que participaron en 2013 en los cursos de formación de Mercabarna tienen ya trabajo tuación se encuentran, y, si recibimos una oferta de trabajo por parte de las empresas, miramos los que no tienen trabajo y los llamamos, para ver si les interesa”.
UNA FINALIDAD AMBICIOSA
El lado humano, social y solidario de Mercabarna complementa a su proyecto de convertirse en los próximos años en un hub alimentario del Mediterráneo, el gran centro de referencia de la entrada de alimentos de todo el mundo, para luego comercializarlos, darles valor añadido o distribuirlos hacia otros mercados internacionales; un hecho que ha de contribuir a que Barcelona se consolide como punto geoestratégico en cuanto al transporte de mercancías.