Uniqbrow, del micromecenazgo a la tienda propia en 115.000 euros
Las gafas de sol se están revelando como un producto de tendencia muy atractivo para crear nuevas iniciativas emprendedoras. Es el ejemplo de Uniqbrow, un proyecto que nació en 2012 cuando dos emprendedoras entusiastas diseñaron unas gafas con montura y lentes intercam- biables y se propusieron fabricarlas en la industria local. Pero las cosas no siempre salen a la primera. Después de una inversión inicial propia de 30.000 euros, la empresa realizó una campaña en la página estadounidense de micromecenazgo Indiegogo que no logró captar los 12.000 euros previstos, y tropezó con un mal proveedor que echó al traste el proyecto.
Cuando estaban a punto de tirar la toalla, Cristina Brossa, ahora con su marido Andrew Swiler, encontró dos inversores que arriesgaron 45.000 euros. Y sumados a un crédito Enisa de 50.000 euros y un ICO de 20.000, Uniqbrow ha podido renacer e inaugura esta semana su Sun Lab, en el barrio Gòtic. Se trata de un espacio en el que convivirá el taller, la oficina, la tienda en la que crear diseños personalizados, y que también albergará exposiciones de artistas que colaboren en ediciones limitadas.
Subcontratan la producción a un fabricante de plásticos de Barcelona, y ellos diseñan y ensamblan las piezas. En diciembre empezaron a vender: este 2014 se han propuesto superar los 250.000 euros, explica Brossa. Ahora están en diez puntos en Barcelona, ultiman acuerdos en Grecia, Milán y Berlín, y lanzan su propia web.