Enrique Peña Nieto
México se ve obligado a revocar un acuerdo con China
PRESIDENTE DE MÉXICO
El presidente mexicano afronta un nuevo escándalo tras saberse que la lujosa mansión de su familia en México DF fue comprada a la empresa que inicialmente se adjudicó el tren de alta velocidad México-Querétaro.
China, un tren bala y la mansión presidencial. Tres ingredientes para la receta del último escándalo en México.
Una nueva polémica atiza el fuego del descontento social, ya ardiente por la desaparición y probable asesinato de 43 estudiantes de magisterio el 26 de septiembre a manos de policías y sicarios en Guerrero. La gasolina llega ahora desde la cumbre del poder, en forma de lujosa residencia, e involucra a la primera dama, Angélica Rivera; a su ilustre marido, el presidente Enrique Peña Nieto, y al Gobierno de Pekín.
El acuerdo fue anunciado a bombo y platillo hace diez días: la empresa china Railway Construction Corporation –líder mundial en obras de infraestructura– había ganado el concurso para construir la línea de tren de alta velocidad entre la capital mexicana y Querétaro. Un proyecto pionero en América Latina, de 3.000 millones de euros y 210 km. Para ello, el coloso asiático dirigiría un consorcio empresarial en el que figuraban tres compañías mexicanas. Pero el convenio descarriló con una aceleración de vértigo: 72 horas después, el Gobierno mexicano revocaba la subasta an-
Las empresas que iban a construir un tren de alta velocidad con Pekín están vinculadas al presidente mexicano
te las acusaciones de legisladores de oposición. Las denuncias señalaban que la plataforma de oferta no había sido justa y que las firmas mexicanas incorporadas al consorcio del grupo chino tenían vínculos cercanos con altos funcionarios, incluido el presidente.
Mientras arreciaba el temporal, Peña Nieto viajó a Pekín, donde la noticia causó estupefacción. Las acciones de la Railway Construction Corporation se desplomaban en las bolsas de Shanghai y Hong Kong, mientras sus directivos consideraban posibles acciones legales, buscando “una compensación a las pérdidas causadas por la abrupta decisión del Gobierno mexicano”. La indemnización, cuyo importe no excedería el 1% del valor del contrato, se cubrirá con recursos públicos.
Los parlamentarios que objetaron la subasta argumentan que las tres empresas mexicanas son propiedad de personajes ligados al oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al presidente. Una de ellas, Constructora Teya, está dirigida por un amigo de Peña Nieto y forma parte del Grupo Higa, que ha ganado contratos millonarios desde que el actual mandatario era gobernador del estado de México, en la zona metropolitana de la capital. “Era necesario saber si los ganadores de la licitación habían recibido información privilegiada. De ser así, se amañó un proyecto multimillonario con el fin de privilegiar a uno de los competidores y los demás contendientes, conscientes de ello, se retiraron”, dijo el senador Javier Corral, del opositor Partido Acción Nacional.
La tormenta, sin embargo, sólo hizo que empeorar. El pasado fin de semana, en plena visita oficial de Peña Nieto a China y Australia, estallaba otra arista. Un detallado informe de Aristegui Noti- cias reveló que la residencia privada de la familia presidencial era propiedad del Grupo Higa. La mansión, con una superficie de 1.440 m2 y valorada en 5,6 millones de euros, está en una de las áreas más exclusivas de la Ciudad de México y cuenta con siete habitaciones, spa, ascensor y un amplio jardín. El Gobierno mexicano ha dicho que la casa es propiedad de la primera dama, que la está pagando a plazos. Será puesta a su nombre cuando termine de cubrir las cuotas.