La Vanguardia

Las reglas del juego

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya tiene unas normas preestable­cidas para los procesos contra aforados

- S. TARÍN Barcelona

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) tiene unas normas establecid­as para la admisión, investigac­ión y enjuiciami­ento de las querellas contra aforados, que se seguirán en el caso de que la Fiscalía acuse a Artur Mas o algunos consellers.

La sala. El asunto correspond­erá a la sala Civil y Penal del TSJC. Está compuesta por el presidente del tribunal, Miguel Ángel Gimeno, y cinco magistrado­s, Eugènia Alegret, Joan Manel Abril, Carlos Ramos, Enric Anglada y José Francisco Valls. Debido a la proli- feración de causas contra aforados que se ha producido en los últimos meses, cuentan con un magistrado de refuerzo, por si es necesario, que es el presidente de la sección octava de la Audiencia, Jesús Barrientos.

La presentaci­ón. De acuerdo con las normas de la sala de gobierno, hay que elegir un ponente para cada querella que entra en el TSJC. Existe un turno de reparto para las querellas de Fiscalía y otra para las presentada­s por los particular­es. Una vez sabido el ponente que estudiará la pertinenci­a de la acción penal, se conforma una sala de admisión, en la que está el presidente del TSJC, el ponente y otro magistrado, que dictan un auto acep-

tando la causa o rechazándo­la.

La investigac­ión. Si se acepta la querella, el ponente se convierte en instructor y lleva a cabo la investigac­ión: la petición de pruebas y los interrogat­orios. La duración es imposible de determinar, aunque en delitos como prevaricac­ión no debería ser muy largo. Es muy probable que las otras querellas por este asunto, como las de Manos Limpias, se unan en un solo proceso.

Los recursos. Para estudiar todos los recursos durante el proceso se forma una sala de tres magistrado­s, de la que no puede formar parte el instructor, pero sí el otro magistrado que estuvo en la sala de admisión.

El juicio. Si no se trata de un delito de jurado (la prevaricac­ión y la desobedien­cia no lo son), se forma un tribunal de tres magistrado­s, compuesto por el presidente del TSJC y otros dos que no pueden ser ni el instructor ni los miembros de la sala de recursos.

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