Simplicidad tributaria
La ley de reforma del IRPF plantea eliminar los coeficientes de actualización monetaria en la transmisión de inmuebles y suprimir los coeficientes reductores sobre activos adquiridos antes de 1995. La existencia de coeficientes monetarios persigue corregir las plusvalías por la venta de un inmueble del efecto de la inflación acumulada a lo largo del tiempo. Los coeficientes reductores (o de abatimiento) minoran la imposición sobre las plusvalías generadas en la venta de inmuebles, en función del tiempo transcurrido desde su adquisición. Un extremo que pretende disuadir la especulación inmobiliaria, en beneficio de una inversión en vivienda a largo plazo, principal (y tradicional) fórmula de ahorro para una buena parte de la clase media española.
En virtud de la reforma desde el 1 de enero de 2015, no se deflactará en absoluto el valor de adquisición en la venta de inmuebles y se tributará por el 100% de la ganancia con independencia de la fecha de adquisición del inmueble. La ley, aunque en fase de tramitación en las Cortes, ya está afectando al mercado de la vivienda de segunda mano. Las últimas estadísticas de compraventa de inmuebles indican que la expectativa de una fiscalidad desfavorable para el 2015 está alimentando artificialmente las ventas a finales de este año y la caída temporal de precio de viviendas usadas.
Las enmiendas que ha presentado recientemente el PP mantienen los coeficientes de abatimiento para las plusvalías generadas entre 31/XII/1994 y el 20/I/2006 por la venta de viviendas por un precio de transmisión de hasta 400.000 euros. Esto significa en la práctica que la desaparición de estos coeficientes no se produce por extinción de los plazos sino por agotamiento de la cuantía. La voluntad de simplificación fiscal hará que la inflación actúe como un impuesto (regresivo) y no penalizará la inversión especulativa en vivienda. Por ello, la eliminación del coeficiente de actualización monetaria y la supresión diferida del coeficiente de abatimiento es inoportuna pues no son bonificaciones fiscales, sino más bien elementos correctores de gran importancia. Sería más acertado estandarizar los criterios con que se deflactan las plusvalías y establecer un gravamen homogéneo, pero decreciente temporalmente, para cualquier venta de una vivienda con independencia del año en que fue adquirida.