La venganza de Putin
La cumbre de países Asia-Pacífico ha concluido con muy buenas perspectivas, tanto para Rusia como para China, que han firmado múltiples contratos comerciales. El resultado de estas nuevas relaciones es una bofetada tanto para Bruselas como para Obama. China comprará petróleo a Rusia, aviones y helicópteros militares. Se construirán vías férreas que comunicarán Rusia y China y el resto de Asia. Xi Jinping y Putin construirán los aviones más grandes de transporte comercial, los sucesores de los Antónov, antes fabricados en Ucrania, controlando el transporte comercial por toda Asia, África y América Latina. La Zona de Libre Comercio para la región (FTAAP) beneficiará a muchos países asiáticos, pero reafirma más las relaciones entre Rusia y China.
Putin y Xi Jinping han decidido poner fin al dominio del dólar como moneda de intercambio comercial, lo que conlleva una futura crisis para Estados Unidos y una posible recesión de Europa. Rusia ahora no dependerá tanto de la venta de sus hidrocarburos a Europa, ya tiene su gran comprador, aunque a precios más bajos. Pero las reservas de Siberia son suficientes para abastecer a China y Asia durante los próximos 200 años. Obama no estuvo al nivel y aunque intentó acaramelar a Xi Jinping y mejorar las relaciones afectadas, este mira más al norte y sabe que tiene el futuro de América en sus manos. OSWALD LONDONO Barcelona