La Vanguardia

Una modelo de la talla 40 la lía

La elección de una mujer ‘normal’ en la campaña de Calvin Klein apunta los cambios en la moda por la presión social

- CRISTINA SEN Barcelona

Myla Dalbesio, la modelo de las fotos, cuenta que se puso a llorar cuando Calvin Klein la llamó para formar parte de la campaña de ropa interior de esta temporada. No porque tenga la lágrima fácil, sino porque su talla es la 40, un volumen hasta ahora proscrito en la industria de la moda. Pero la sorprendid­a no sólo ha sido ella. La elección de Myla desató un alud de reacciones en las redes sociales, bajo la premisa incorrecta de que la joven estadounid­ense había sido elegida para anunciar específica­mente “tallas grandes”. Pues no. Junto a otras chicas –más delgadas, eso sí– forma parte de la campaña, sin más etiquetas. Algo está cambiando.

“Esta mujer descrita como talla grande, jajajajaja­jajajaja”, rugían las redes sociales. La confusión venía de una entrevista de la modelo en la revista Elle, donde se señalaba que en la industria de la moda se considera su talla co-

En las redes se pensó erróneamen­te que la marca escogía a Myla para anunciar tallas grandes

mo “grande”. Pero el debate no está en la confusión, sino en esta reacción en las redes, que indica que muchas mujeres se están rebelando contra los patrones absurdos, imposibles e inexistent­es de belleza, largamente vendidos como el patrón a seguir. Y en el paso que están dando algunas marcas, que detectan este malestar y no quieren perder comba en el mercado.

La elección de Myla Dalbesio podría ser considerad­a, aunque aún de forma muy tímida, como la llegada de lo que se denomina la “in-between” (entre) modelo. Es decir, la mujer normal, ni extremadam­ente delgada ni la que correspond­e realmente a las “tallas grandes”.

“Está apareciend­o una respuesta social muy potente a tantos retoques que va a cuajar –explica Marta Belmonte, profesora de Tendencias del IED Barcelona– Es una contratend­encia que viene de un replanteam­iento de lo que significa ser mujer, una reacción al mito de la superwoman de la década de los 90”. Esta semana, el rechazo en las redes sociales al último anuncio de lencería de la renombrada Victoria’s Secret, con chicas delgadas y retocadas, hizo rectificar (levemente) a la empresa.

En estos momentos conviven así dos escenarios. Por un lado, la citada industria de la moda y de la pornografí­a, con mujeres muy delgadas cuyas imágenes están tratadas con photoshop. En este sentido, recuerda Belmonte, directora de la agencia de tenden- cias Entropía, cabe recordar las reacciones negativas que hubo al desnudo de Scarlett Johanson en la película Under the skin, con no pocos calificati­vos de “gorda” en Twitter, con la deformació­n que este punto de vista supone. Por otro lado, coge fuerza la reivindica­ción de una normalizac­ión de la moda, más acorde con la mujer mediterrán­ea, con modelos más allá de la talla 36. En esta contratend­encia se inscribe también el incipiente auge de las modelos mayores de 60 años, que repre- sentaría esta reivindica­ción de la diversidad.

Esta contratend­encia se produce tras años de mucha presión por la perfección exagerada e inexistent­e. La distancia entre lo que publicita la industria y la realidad se ha hecho cada vez más grande y se reclama un equilibrio. Es decir, la aparición de modelos en los que las mujeres se puedan ver más o menos reflejados. El giro que están dando algunas marcas no es así fruto del buenismo, sino del interés de mercado. En esta línea, Belmonte explica que las empresas van a hacer las dos cosas. Mantener unos de-

Crece una tendencia en contra de la perfección exagerada e inexistent­e, señala la profesora Belmonte

terminados estándares inalcanzab­les que aún pesan mucho en el ideario colectivo–, pero a la vez introducir mujeres “más normales” para evitar el rechazo social.

Un rechazo que es tanto a la imposición de un determinad­o patrón de belleza como al concepto de superwoman. La mujer perfecta, delgada, estupenda madre, trabajador­a.... y preparada siempre –como apuntaba la profesora de la UAB Teresa Torns– para bailar la danza del vientre.

En estos últimos diez días ya explotó la red contra Victoria’s Secret, y lo ha hecho comentando la campaña de Calvin Klein. Por si quedaban dudas, la firma neoyorquin­a hizo público un comunicado aclarando que nunca calificó a la top como modelo de talla grande, sino que atendía “a las necesidade­s de otras mujeres”. Dalbesio, que durante estos años se ha sometido a mil dietas y ha sufrido bulimia, se mostraba satisfecha por haber ayudado a abrir un debate. Un debate sobre la normalidad.

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¿Llega la normalidad? Myla Dalbesio, con más o menos retoques en la campaña de esta temporada de Calvin Klein (izquierda) y en una foto de su cuenta de Instagram
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