Jubilados contra el delito
Aficionados al teatro graban consejos de seguridad
Su paso por un taller de teatro les sirvió para dar el salto a la pequeña pantalla y protagonizar una serie de vídeos divulgativos promovidos por los Mossos d’Esquadra para prevenir los delitos que afectan a personas mayores y jubilados. Magda, de 65 años, y Diego, de 71, ya habían coincidido en otro taller, en este caso de informática. Están contentos de haber puesto su granito de arena en la lucha contra el delito. “Los vídeos han salido muy bien”, subraya Magda.
Estos actores aficionados aparecen en las filmaciones llevando a cabo dos versiones de una misma acción. En la primera, el protagonista comete errores que lo hacen vulnerable ante ladrones de cadenas de oro, rateros que les esperan a la salida del banco para robarles el dinero retirado de la paga, avispados carteristas en el mercado o falsos revisores del gas. Acto seguido se repite la misma situación, pero en la nueva acción el personaje central ya toma todas las medidas de prevención necesarias y el ladrón, interpretado por un administrativo del cuerpo de los Mossos, se aleja furioso al no poder consumar su tropelía.
“Afortunadamente, yo no he necesitado nunca la policía, pero déjeme tocar madera”, afirma Magda, vecina de Horta-Guinardó. En cambio, Diego, sí sufrió en la década de los ochenta el desvalijamiento de su casa. “Me ocurrió porque me confié y nunca hay que hacerlo”, se lamenta con la expresión del que evoca un pasaje del pasado que aunque negativo le traslada momentáneamente a una época feliz. Entonces Diego regentaba una pastelería con su mujer. “Un día llegué de la tienda y vi que mi piso estaba abierto y las llaves, que dejaba siempre en un mismo rincón, habían desaparecido”, recuerda. Vi- no la policía y comprobó que no había nadie.
Al día siguiente, se fue a comisaría a presentar la denuncia y de allí fue directamente a la pastelería. “Pensé que los ladrones no volverían, pero me equivoqué. Cuando llegué a mediodía, me habían desvalijado el piso. Mi mujer se quedó sin joyas y sin un di- nero que tenía guardado. Un desastre”, explica Diego, quien recuerda que en uno de los vídeos que han grabado se insiste en que si se pierden las llaves o son robadas, lo más recomendable es cambiar la cerradura.
En sala Espai Social Prosperitat están pasando los vídeos en los que aparecen Magda y Diego. El público, mayoritariamente formado por mujeres, escucha muy atento. Cabecean, asienten o se lamentan en función de los aciertos o torpezas que cometen los personajes de ficción. La identificación con las secuencias es evidente. Y cuando el mosso que dirige la proyección realiza explicaciones ampliatorias en las diversas pausas, los presentes participan activamente y hasta completan las explicaciones como lo haría un niño que se sabe la lección y se adelanta al profesor.
En la pantalla, se escenifica el problema del arranque de cadenas de oro por la calle. Una mujer quiere contar su caso al resto de la concurrencia: “Pensé en guardar la cadena en el bolso y lo hi- ce. Pero después pensé que si me robaban el bolso me quedaría sin cadena, así que decidí volver a colgármela y lucirla.
La audacia de la oficina de relaciones con la comunidad de la comisaría de Nou Barris a la hora de poner en marcha el proyecto, en colaboración con la televisión del barrio, ha sido recompensada. El comisario jefe de los Mossos de Barcelona, Joan Carles Molinero, ha ordenado que ese material llegue a todas las comisarías de la ciudad. “En el primer semestre del 2015 cubriremos todos los distritos de Barcelona con 75 encuentros con gente mayor y en verano trasladaremos la experiencia a toda Catalunya”.
“Afortunadamente, yo no he necesitado nunca a la policía, pero déjeme tocar madera”, dice la actriz