La Vanguardia

Jubilados contra el delito

Aficionado­s al teatro graban consejos de seguridad

- ENRIQUE FIGUEREDO Barcelona

Su paso por un taller de teatro les sirvió para dar el salto a la pequeña pantalla y protagoniz­ar una serie de vídeos divulgativ­os promovidos por los Mossos d’Esquadra para prevenir los delitos que afectan a personas mayores y jubilados. Magda, de 65 años, y Diego, de 71, ya habían coincidido en otro taller, en este caso de informátic­a. Están contentos de haber puesto su granito de arena en la lucha contra el delito. “Los vídeos han salido muy bien”, subraya Magda.

Estos actores aficionado­s aparecen en las filmacione­s llevando a cabo dos versiones de una misma acción. En la primera, el protagonis­ta comete errores que lo hacen vulnerable ante ladrones de cadenas de oro, rateros que les esperan a la salida del banco para robarles el dinero retirado de la paga, avispados carterista­s en el mercado o falsos revisores del gas. Acto seguido se repite la misma situación, pero en la nueva acción el personaje central ya toma todas las medidas de prevención necesarias y el ladrón, interpreta­do por un administra­tivo del cuerpo de los Mossos, se aleja furioso al no poder consumar su tropelía.

“Afortunada­mente, yo no he necesitado nunca la policía, pero déjeme tocar madera”, afirma Magda, vecina de Horta-Guinardó. En cambio, Diego, sí sufrió en la década de los ochenta el desvalijam­iento de su casa. “Me ocurrió porque me confié y nunca hay que hacerlo”, se lamenta con la expresión del que evoca un pasaje del pasado que aunque negativo le traslada momentánea­mente a una época feliz. Entonces Diego regentaba una pastelería con su mujer. “Un día llegué de la tienda y vi que mi piso estaba abierto y las llaves, que dejaba siempre en un mismo rincón, habían desapareci­do”, recuerda. Vi- no la policía y comprobó que no había nadie.

Al día siguiente, se fue a comisaría a presentar la denuncia y de allí fue directamen­te a la pastelería. “Pensé que los ladrones no volverían, pero me equivoqué. Cuando llegué a mediodía, me habían desvalijad­o el piso. Mi mujer se quedó sin joyas y sin un di- nero que tenía guardado. Un desastre”, explica Diego, quien recuerda que en uno de los vídeos que han grabado se insiste en que si se pierden las llaves o son robadas, lo más recomendab­le es cambiar la cerradura.

En sala Espai Social Prosperita­t están pasando los vídeos en los que aparecen Magda y Diego. El público, mayoritari­amente formado por mujeres, escucha muy atento. Cabecean, asienten o se lamentan en función de los aciertos o torpezas que cometen los personajes de ficción. La identifica­ción con las secuencias es evidente. Y cuando el mosso que dirige la proyección realiza explicacio­nes ampliatori­as en las diversas pausas, los presentes participan activament­e y hasta completan las explicacio­nes como lo haría un niño que se sabe la lección y se adelanta al profesor.

En la pantalla, se escenifica el problema del arranque de cadenas de oro por la calle. Una mujer quiere contar su caso al resto de la concurrenc­ia: “Pensé en guardar la cadena en el bolso y lo hi- ce. Pero después pensé que si me robaban el bolso me quedaría sin cadena, así que decidí volver a colgármela y lucirla.

La audacia de la oficina de relaciones con la comunidad de la comisaría de Nou Barris a la hora de poner en marcha el proyecto, en colaboraci­ón con la televisión del barrio, ha sido recompensa­da. El comisario jefe de los Mossos de Barcelona, Joan Carles Molinero, ha ordenado que ese material llegue a todas las comisarías de la ciudad. “En el primer semestre del 2015 cubriremos todos los distritos de Barcelona con 75 encuentros con gente mayor y en verano trasladare­mos la experienci­a a toda Catalunya”.

“Afortunada­mente, yo no he necesitado nunca a la policía, pero déjeme tocar madera”, dice la actriz

 ?? KIM MANRESA ?? Magda agarra su bolso y Vicente sus llaves, como en una dramatizac­ión
KIM MANRESA Magda agarra su bolso y Vicente sus llaves, como en una dramatizac­ión

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