Una televisión de bolsillo
La Diputación de Valencia, gobernada por el PP, impulsa una cadena autonómica para suplir Canal 9 a pocos meses de las elecciones
El Ejecutivo de Alberto Fabra cerró RTVV hace ahora un año. La decisión no gustó a muchos barones de este partido en Valencia, que consideraron que se les dejaba sin un instrumento fundamental para difundir las actividades de las diputaciones o las alcaldías. A pocos meses de las elecciones de mayo del 2015, el presidente de la Diputación de Valencia, el popular Alfonso Rus, ha decidido crear su propia televisión para, como él mismo ha justificado, “suplir la carencia de Canal 9”. Es decir, pretende con esta televisión ofrecer a los valencianos un servicio “que les permita acceder al conocimiento de la información, la cultura y la actividad administrativa más próxima”, según la Diputación.
Sin embargo, la oposición observa esta decisión como una maniobra de Rus, y del PP valenciano, de montar un “medio de propaganda” de cara a la batalla electoral. Y han amenazado con llevar a los tribunales “por fraude de ley” y “malversación” la creación de este medio: “Rus justificó en las Cortes el cierre de Canal 9 porque no había dinero para hospitales y colegios, y ahora van a utilizar dinero público con ese fin”, según Josep Moreno, del PSPV-PSOE.
Para montar esta televisión, Rus va a destinar tres millones de euros del erario público. La fórmula consiste en convocar un concurso público para la contratación de programas a una televisión que tenga ámbito autonómico. Este dato limita el concurso a sólo dos canales valencianos: Mediterráneo TV (del grupo Popular TV) y el nuevo canal Beovisión, que impulsa el empresario Ángel Raga. Este empresario ha logrado alquilar la red autonómica de TDT que es propiedad del grupo Las Provincias gracias a un acuerdo re-
La oposición amenaza con llevar ante el juez el proyecto, que nace con tres millones de euros
ciente de la Generalitat valenciana. Es decir, en la operación, Rus ha contado con el apoyo directo del Ejecutivo de Fabra.
La emisión de contenidos será de trece horas diarias de lu- nes a domingo, y la parrilla deberá incluir espacios de noticias, con conexiones locales; espacios sobre agricultura y medio ambiente; fiestas locales; deportes valencianos; un espacio gastronómico, y la previsión meteorológica. Asimismo, deberá incluir series televisivas de temática valenciana y una programación cultural valenciana, relacionada con las bandas de música y el folklore valenciano. Los contenidos se generarán y emitirán en valenciano en un porcentaje mínimo del 90%, y el adjudicatario deberá remitir con treinta días naturales –al menos– de antelación a la fecha de inicio la propuesta de programación mensual a la Diputación, que deberá aprobarla como requisito imprescindible. Es decir, Alfonso Rus tendrá el control directo de los contenidos de esta nueva televisión, lo que provocó ayer duras reacciones de la oposición, de productoras audiovisuales valencianas y de los extrabajadores de RTVV.
La televisión de la Diputación provincial emitirá programas informativos. Pero en el pliego de condiciones no aparece la creación de ningún órgano que vigile por la imparcialidad de estos contenidos. Fuentes de esta institución afirmaban: “Lo que queremos es hacer lo mismo que con los viajes para la tercera edad, ofrecer un servicio público que se ha reducido para los valencianos”. La TeleRus, como ya se denomina en Valencia, amenaza con generar mucha polémica.