Toy Story 2 (El Pardo)
Carmen Martínez Bordiú, hija de Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, y de María del Carmen Franco y Polo (hija de Francisco Franco y Carmen Polo), tiene una presencia sutil pero constante en la revista ¡Hola! de los años sesenta, que, aunque hoy la gente no lo recuerde, se hacía en Barcelona y que en aquella época introducía muchísimas informaciones sobre cosas que pasaban en Catalunya, anuncios de empresas catalanas, pensados por agencias de publicidad catalanas con dibujantes y fotógrafos catalanes, para toda España: incluso en este aspecto se ha retrocedido. A veces su yayo se la llevaba a las cacerías y aparecía la mar de contenta entre bestias exangües (tanto Bambi y tanta hostia, debía de pensar el abuelo). Otras veces montaba una fiesta con sus amiguitos en el yate Azor o los Reyes Magos le traían una muñeca vestida de negro, con mantilla (lo juro: sale en una foto de ¡Hola! de enero de 1957).
Por eso, cuando la empresa de Sabadell J. Gubern Casas quiso dar el salto de las máquinas textiles a los juguetes, llevó una de sus atracciones estrella, el astro-giro, al palacio del Pardo, con la esperanza de que la noticia tuviera tanta repercusión que se convirtiera en un fenómeno en toda España. Desde el jueves estoy encerrado en la hemeroteca buscando la imagen de Carmencita con el astro-giro, ante la cámara del fotógrafo Campúa, que se encargaba de este tipo de reportajes en ¡Hola! Qué rabia: en ninguna hemeroteca de aquí figura la colección completa de esta revista catalana. Me han hablado del No-Do. Me trago un montón de noticiarios y nada: no está bien catalogado y no hay manera de encontrarlo. El martes lo paso en el Arxiu Històric de Sabadell mirando el diario
Sabadell. Nada de nada. Pero cuando la bibliotecaria pide ayuda a uno de los sabios de la sala, se acuerda perfectamente: “Va sortir a l’¡ Hola! I al No-do! I el diari Sabadell (la gent li deia El Patufet) en va parlar tot un mes!”. En el No-do aparecía Carmencita columpiándose y Franco ponía cara de pena porque de pequeño no había tenido columpios.
¡Ay, la historia! Si Franco hubiera tenido un astro-giro como el de J. Gubern Casas, inspirado en el Sputnik ruso o, mejor aún, en el Explorer I americano. Ay, si realmente hubiera sido un “pintor figurativo de gran talento” como decía el
¡Hola! conmemorativo del XXV Aniversario de la Exaltación a la Jefatura del Estado y sus pinturas no hubieran terminado arrinconadas en el Pazo de Meirás. Ay, si “cada nueve de noviembre como siempre sin tarjeta” le hubiera mandado un “ramito de violetas” a Carmen Polo. Qué diferente que habría sido el mundo, Carmencita y la industria de Sabadell.