Madonna, 30 años después de ‘Like a virgin’
‘Like a virgin’ sigue en la historia de la música tras su lanzamiento hace tres décadas
Like a virgin Touched for the very first time When your heart beats Next to mine cantaba en 1984 una desvergonzada muchacha de rasgos vulgares enfundada en un pretendido sexy vestido de novia, botas Dr. Martens, crucifijos, y abalorios punk. Lo que hace treinta años era el colmo del atrevimiento, en el mundo sonó como un refrescante impulso. En aquel tiempo Bruce Springsteen gritaba que nació en USA y en España los más atrevidos acudían a la Escuela de calor de Radio Futura tras sacar billete para Hawái Bombay que proponían unos originales Mecano. El ímpetu de la entonces morena cantante con virginal denominación de origen alteró el mundo de la música y, tras el primer disco, publicado el año anterior con su propio nombre, la chica con una historia en la que el amor le devuelve la virginidad, comenzó a reinar en el planeta de los sentidos gozosos, ya fuera bajo formato musical o cinematográfico y bajo los soportes más avanzados y dispares.
Madonna en los 80 tocaba la batería en Manhattan con una banda de hard rock, Breakfast Club, pero enseguida fue Madonna and the Sky, que luego sería The Millionaires y más
tarde Emmy, hasta que las ambiciones dance de la joven la llevaron a independizarse por ese camino. Con unos amigos grabó una maqueta con cuatro canciones, una de las cuales, Everybody, sonó en Danceteria, disco de moda a la época, donde la escuchó el propietario de Island Records, que le ofreció el primer contrato.
Pero, ¿quién era esa chica? Con antepasados francocanadienses e italianos, nació en Michigan en un hogar con seis hermanos, que luego fueron dos más con la segunda boda del padre al fallecer la madre de Madonna cuadro esta contaba cinco años. Este hecho y haber crecido en un barrio con notable porcentaje de población negra, mexicana e indoeuropeo marcarían el carácter de la joven, educada en el mestizaje y la globalización, así como también la disciplina, responsabilidad, y el honor con un toque cultural: el padre obligó a todos sus hijos a tocar el piano. También quería que fueran abogados, médicos o ingenieros, aunque no tuvo mucha suerte en estas ambiciones.
La actitud de la chica comenzó a cambiar con las clases de ballet de Christopher Flynn, que la animó a volar a Nueva York, donde llegó con 35 dólares en el bolsillo. Camarera en restaurantes de comida rápida, modelo de desnudo en una academia de Bellas Artes y un filme, A certain sacrifice, donde era violada y aparecía des- nuda, y que no se comercializaría hasta que Madonna despuntó en el mundo de la música.
Su primera gira europea, no obstante, la hizo como bailarina de Patrick Hernández ( Born to be alive), y al volver a EE.UU. em- pezó a transitar por el mundo de la música de la mano de sucesivos novios, con uno de los cuales, el dj John Jellybean Benítez, coprodujo su primer disco, Madonna. El rodaje de Buscando a Susan desesperadamente coincidió
con la preparación de la grabación de Like a virgin, así que el éxito del tema aumentó el de la película. Luego hasta 12 discos y una larga serie de conciertos, filmes e historias que consagran a Madonna, la ambición rubia.