Bronca inédita entre el ejército y la inteligencia interior israelí
Los militares, irritados por no haber sido informados de los túneles de Gaza
El ejército israelí y el servicio de inteligencia interior Shin Bet se han enzarzado esta semana en una disputa pública sin precedentes y muy significativa del lastre que la última guerra en Gaza ha dejado en Israel.
Por parte palestina murieron 2.189 personas y por parte israelí, 66 soldados y seis civiles. La ofensiva militar, iniciada en julio y que se prolongó durante 50 días, descubrió una red de túneles que Hamas y otras organizaciones terroristas palestinas utilizaban para atacar Israel.
Un agente del Shin Bet asegu-
LA VERSIÓN DEL EJÉRCITO Los túneles que conectaban la franja con Israel se descubrieron en julio LA VERSIÓN DEL SHIN BET Una fuente de Hamas informó en enero de un ataque desde Gaza a través de túneles
ró el lunes, en el programa Uvda del Canal 2 de la televisión israelí, que ellos ya sabían en enero que Hamas planeaba una guerra. Un oficial de rango medio de Hamas les aseguró que cientos de guerrilleros entrarían en Israel por túneles que llegaban hasta los kibutz junto a la franja.
La versión del ejército es que Hamas no planeó la guerra, sino que siempre fue a remolque de la respuesta militar israelí para acabar con el lanzamiento de cientos de cohetes. Es más, no fue hasta bien entrado el conflicto que el ejército descubrió la red subterránea de túneles y almacenes.
Que ahora el Shin Bet insinúe que los túneles se podrían haber destruido antes y que, tal vez, incluso, la guerra se podría haber evitado es un golpe muy duro para los militares y recuerda el trauma de la guerra del Yom Kippur, en 1973, cuando el gobierno, alertado por la inteligencia militar de un ataque de los países árabes, no supo reaccionar a tiempo. Los sirios ocuparon Galilea y los egipcios el Sinaí. El golpe psicológico contra Israel fue enorme.
De ahí que, ahora, la reacción del jefe de estado mayor, el general Beny Gantz, haya sido contundente. Acusa al Shin Bet de mentir y de causar un gran daño moral al ejército. “Es un escándalo y una mentira –le dijo al primer ministro Beniamin Netanyahu por carta– que el Shin Bet alertara en enero sobre los supuestos preparativos de Hamas”.
La Vanguardia ha podido saber que a la mesa de Netanyahu no llegó ningún informe de inteligencia con los planes de Hamas.
Fuentes del Shin Bet consultadas por este diario subrayan, sin embargo, que en abril informaron al primer ministro sobre la intención de Hamas de lanzar un gran atentado de carácter estratégico, probablemente por medio de los túneles.
Después del programa en el canal 2 y ante la polvareda que se había levantado, el primer ministro reunió en su despacho al general Gantz y al director del Shin Bet Yoram Cohen. Les ordenó que dejaran de pelearse en público y a Cohen le obligó a rectificar. El Shin Bet publicó entonces un comunicado reconociendo que la información que habían tenido sobre los túneles de Hamas estaba cogida con pinzas porque su fuente no era muy fiable.
La historia es sorprendente porque el Shin Bet es muy efectivo y actúa siempre en el más absoluto secreto. Sólo se conoce el nombre del director y a los agen- tes se les identifica con iniciales. Los que aparecen en el reportaje lo hacen con la cara en sombra.
Los medios de comunicación israelíes se han volcado con los militares que lucharon en Gaza. Se ha ensalzado su heroísmo y el éxito de la misión para acabar con los cohetes palestinos.
Puede que el Shin Bet, afectado por la falta de reconocimiento público a su trabajo, decidiera dar a conocer lo mucho que ha hecho para infiltrarse en el brazo armado de Hamas.
La jugada, sin embargo, no le ha salido bien. Netanyahu, que es el último responsable de los servicios de inteligencia, se ha puesto de parte del ejército y la opinión pública, como dice Yosi Yehoshua, columnista de Yedioth Aha- ronot, se ha dado cuenta de que “aquí alguien está mintiendo”.
El lema del Shin Bet es un versículo del Libro de los Jueces, uno de los que componen la Biblia, y que dice “defensor sin ser visto”. Ahora, altos oficiales del ejército, molestos por lo que consideran que es una gran falta de ética, acusan al Shin Bet de querer “ser visto, sin defender”.