El Estado Islámico sostiene con una grabación que su líder está vivo
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) publicó ayer un nuevo mensaje de voz de su líder, Abu Bakr al Bagdadi, para desmentir los rumores de que había resultado gravemente herido o muerto en un bombardeo lanzado por Estados Unidos sobre Mosul (Iraq) la semana pasada.
En la grabación, difundida a través de una red social yihadista, Al Bagdadi no hace ninguna referencia a ese ataque, pero menciona hechos ocurridos después de esa fecha, como el anuncio del 7 de noviembre de Barack Obama de que va a mandar otros 1.500 soldados más a Iraq.
La autenticidad del mensaje, claro está, no puede ser verifica- da, pero los expertos creen que la voz es muy parecida a la del último discurso público de Al Bagdadi, en julio en una mezquita de Mosul, cuando la ciudad iraquí cayó bajo el control yihadista.
El autoproclamado califa del Estado Islámico llama a sus seguidores a llevar a cabo ataques en Arabia Saudí, contra sus dirigentes “traidores”, contra los chiíes y contra los occidentales. A los extremistas de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, les exige que combatan a los “laicos”. Los enemigos del EI, afirma, son “judíos, cruzados, apóstatas... diablos”.
Al Bagdadi anuncia triunfal que su “califato” se ha extendido al reino saudí, Yemen, Egipto, Libia y Argelia, ya que el EI acepta la adhesión de grupos yihadistas que le han jurado pleitesía. Recientemente, los grupos extremistas Ansar Beit al Magdis (Egipto), Ansar al Sharia (Libia), Yamat Yund al Jirafa (Argelia) y varias organizaciones de Yemen y Arabia Saudí han jurado lealtad.
“Dios nos ha ordenado que luchemos. Por esa razón los soldados del EI nunca dejarán de luchar, incluso si sólo queda un soldado en pie”, proclama y amenaza con hacer erupcionar “volcanes de yihad” por todo el mundo.
En los 17 minutos de grabación, Al Bagdadi afirma que la campaña liderada por EE.UU. contra el EI en Siria e Iraq está fracasando, tacha de “mentiras y exageraciones” las cifras de víctimas y daños en sus filas que salen en la prensa internacional, y asegura que Washington y sus aliados se sienten “aterrorizados, débiles e impotentes”.