La Vanguardia

Barcelona: miles de pisos vacíos y 20 desahucios al día

La ciudad admite que sus esfuerzos todavía son “insuficien­tes” para mitigar todos los desalojos La oposición y la PAH piden celeridad con las sanciones a los bancos por tener viviendas sin uso

- LLUÍS SIERRA Barcelona

Una simple paradoja enmarcaba ayer el debate del pleno municipal sobre desahucios: hay cientos, miles de pisos vacíos, mientras hay cientos, miles de familias que han perdido o están en riesgo cierto de perder su vivienda por no poder pagarla.

En el pleno se discutiero­n los instrument­os de la administra­ción para hacer frente al drama de los desahucios: ayudas a familias, atención social y techo a los que pierden su vivienda, construcci­ón de pisos sociales, con alquileres asequibles, y lo que se llama “captación y movilizaci­ón” de pisos vacíos, es decir: usar los que ya existen y que mayoritari­amente están en manos de entidades financiera­s.

Desahucios (20 al día en Barcelona, incluyen pisos, comercios y oficinas, según fuentes judiciales) y pisos vacíos (400 sólo en tres barrios, 80.000 en toda la ciudad, según los activistas antidesahu­cios) son y serán un tema central del debate político a medio año de las municipale­s.

El Ayuntamien­to de Barcelona cuenta desde hace unos días con un instrument­o para avanzar en esa línea. Es una medida de gobierno que viene a reglamenta­r la conocida como “moción PAH” (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) aprobada a principios de año. Con ella, el Ayuntamien­to instará a bancos y cajas con pisos vacíos (de momento ha localizado casi 400 en sólo tres barrios) a ponerlos en el mercado, o cederlos como viviendas de alquiler asequible. Y si no, se les sancionará, con multas progresiva­s, de 900 euros, que pueden llegar a 9.000.

La oposición municipal y las entidades más activas contra los desahucios (la PAH, la Federación d’Associacio­ns de Veïns, entre otras) considera que esta y otras actuacione­s ya en marcha o en preparació­n son insuficien­tes, y piden acciones y sanciones inmediatas.

Antoni Vives, teniente de alcalde de Hàbitat Urbà defendió que se ha hecho un gran esfuerzo en vivienda social, y ayuda a las familias, pero reconoció que “no es suficiente”. Vives achaca esta insuficien­cia a que “en el 2011 –cuando Trias asumió la alcaldía– partíamos de cero”.

Por lo que el problema tiene de drama y de político, el debate de ayer fue agrio y duro. El pleno, celebrado a instancias de ICVEUiA, no incluía la presentaci­ón

JAUME V. AROCA “El problema cada vez más habitual es que no hay ningún ingreso con el que negociar”, resume un activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Ciutat Meridiana, el barrio de Barcelona más castigado por los problemas de vivienda.

Ya sea con la administra­ción o con los bancos que aceptan negociar ante un caso de desahucio o lanzamient­o, la contrapart­ida es siempre el dinero. Por norma general, en este tipo de negociacio­nes se admite que como mínimo la familia pague el 30% de los ingresos. En el caso improbable de que ganen mil euros pagarán 300, pero si ganan 100 euros, pagarán 30.

La propia administra­ción municipal y los bancos, presionada­s por las organizaci­ones vecinales, establecie­ron este baremo como fórmula para salvar muchos desahucios. El problema al que se enfrentan lo propietari­os, públicos o privados, de estas viviendas es que cada vez es más habitual que las familias con las que deben llegar a un acuerdo no tienen ningún ingreso. Es decir, como advertía el vecino de Ciutat Meridiana, no tienen nada con qué negociar.

Según el Instituto Nacional de Estadístic­a en España hay unos 750.000 hogares en los que todo sus miembros carecen de empleo. El último informe del observator­io de la Creu Roja presentado el pasado septiembre estima que el 64% de las familias a las que atienden sus servicios de ayuda humanitari­a en Catalunya carecen de empleo y el 40% de ellas no tienen ningún ingreso.

Se estima que de los cerca de cinco millones de parados que hay en España, 3,5 lo son de larga duración, es decir, llevan más de

un año sin empleo y el 39% de ellos, llevan hasta cuatro años sin encontrar trabajo.

Por norma general el subsidio de desempleo y las ayudas familiares duran un máximo de dos años. Luego, en función de las prestacion­es de cada comunidad, estas familias pueden tener acceso a la una renta mínima cuya reglamenta­ción se ha endurecido en todas partes. Si la pierden, se quedan con cero ingresos.

Este es el colectivo que ahora preocupa más a la propia administra­ción, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y a muchas organizaci­ones del tercer sector.

En un callejón sin salida, para estas familias, la opción de ocupar una casa es en el fondo una temeridad porque tan pronto violentan un piso se les excluye de los programas de vivienda pública.

 ?? ÀLEX GARCÍA ?? Protagonis­ta. Antoni Vives, visto a través de una cerradura, protagoniz­ó el debate sobre los desahucios y los pisos vacíos
ÀLEX GARCÍA Protagonis­ta. Antoni Vives, visto a través de una cerradura, protagoniz­ó el debate sobre los desahucios y los pisos vacíos
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Activistas y vecinos en la tribuna de público del pleno
ÀLEX GARCIA Activistas y vecinos en la tribuna de público del pleno

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