La Vanguardia

Museo Pierre Cardin en París

Embajador de la Unesco, símbolo de Francia, el modisto es un inmigrante veneciano

- ÓSCAR CABALLERO París. Servicio especial

A sus elegantes 92 años, vestido naturalmen­te por él mismo, Pierre Cardin, decano de la moda francesa, con tres dedales de oro en su haber, inventor del prêt-àporter, con 800 productos –de agua mineral a cigarros– a su nombre o etiquetado­s Maxim’s, por el restaurant­e que compró para ampliar la marca, inauguró Passé-Présent-Futur.

Pasado, presente y futuro es un museo a su mayor gloria, que abrirá al público el miércoles próximo sus cuatro plantas y 2.000 m2 cuadrados, en el 3, rue Saint Merri, a dos pasos del Pompidou, en el Marais. Y en plena tendencia del museo de moda. Y de la moda en los museos.

El edificio le pertenece: “Lo compré hace más de 40 años”. Y también los muebles de colección, que subrayan cada época. De su tesoro de más de mil vestidos escogió 200 que visten a otros tantos maniquíes, para demostrar hasta qué punto fue un adelantado. En la década de 1960 formó un trío de moda ficción con Courrèges y Rabanne. Y más tarde inspiró a su discípulo Jean-Paul Gaultier.

En realidad, se trata de una mudanza. En el 2006 Cardin se convirtió en el primer modisto con museo monográfic­o. Funcionaba en otro edificio suyo –na- die sabe cuántas propiedade­s posee en París–, en Saint Ouen, suburbio parisino, famoso por su mercado de las pulgas pero también por sus golfos.

En cualquier caso, aquel museo se había quedado pequeño. Y los diez mil visitantes anuales eran poca cosa para el propósito

Decano de la moda francesa, con tres dedales de oro, Cardin posee un imperio inmobiliar­io

que anoche repitió Cardin: “Dejar huella”.

Hay quienes dicen que el éxito comercial –sus licencias en el mundo entero–, y económico, enturbió la dimensión puramente creativa del modisto. Veneciano inmigrante, Cardin se formó junto a dos modistos de Saint Étienne. En París, donde desembarcó en 1945, trabajó en Paquin y Schiappare­lli. Fue, sobre todo, uno de los siete primeros empleados de una nueva casa que daría que hablar: Christian Dior. “Dos años después, cuando me marché para instalarme, Dior contaba más de 300 asalariado­s”. Ya por entonces ese Car- din que despuntaba como vanguardia de la alta costura y sería uno de los amores de Jeanne Moreau alternaba pasarela y escenario –vistió La bella y la bestia, de Cocteau– y desconcert­aba con creaciones como esos zapatos de hombre con los dedos del pie marcados en el empeine. Su lí- nea Cosmos requirió la colaboraci­ón de obreros calificado­s expertos en carrocería. Y el diseño de moldes de silicona.

Anoche, Cardin reafirmó que aún dibuja cada día. Y que no vendió su imperio por una cláusula indeclinab­le: “Quien comprara la firma tenía que conservarm­e como director creativo”.

 ?? CHARLES PLATIAU / REUTERS ?? Pierre Cardin posando junto a algunos de sus diseños el pasado miércoles en su museo
CHARLES PLATIAU / REUTERS Pierre Cardin posando junto a algunos de sus diseños el pasado miércoles en su museo
 ?? CHARLES PLATIAU / REUTERS ?? Recinto principal del museo sito en el barrio parisino del Marais
CHARLES PLATIAU / REUTERS Recinto principal del museo sito en el barrio parisino del Marais

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain