El niño que jugaba con elefantes
El conde de Godó entrega el premio de Reporterismo y Ensayo Periodístico a Carles Casajuana
El presidente editor de La Vanguardia, Javier Godó, conde de Godó, entregó ayer a Carles Casajuana el premio de Reporterismo y Ensayo Periodístico que lleva su nombre y que concede la Fundación Conde de Barcelona por Las leyes del castillo.
Casajuana (Sant Cugat, 1954) es un escritor que obtuvo el premio Ramon Llull por L’últim home que parlava català, un ensayista que describió las afinidades entre Pla y Nietzsche y un buen conocedor de la maquinaria que mueve el poder. Durante su larga carrera diplomática –en Bolivia, Filipinas, Nueva York, Malasia, Bruselas y Londres– fue tomando notas que ahora ha volcado en el libro ganador del premio, edita- do en catalán (Pòrtic) y en castellano (Península). El jurado estaba formado por Josep Ramoneda (presidente de Grup 62), Màrius Carol (director de La Vanguardia), Llàtzer Moix, Ramon Perelló, Emili Rosales y Sergio VilaSanjuán. Javier Solana presentará el libro en Madrid el 10 de diciembre en la Blanquerna.
Tras agradecer el premio, el autor charló de forma distendida con Javier Godó, quien se interesó por su experiencia como embajador en Londres y por el Manifiesto de los 100, que, encabezado por Carles Casajuana, César Molinas, Luis Garicano y Elisa de la Nuez, reclamaba medidas de regeneración democrática. “A diferencia de Gran Bretaña, Francia o Alemania, en España la obsesión de crear un sistema estable favoreció que los partidos se auto- rregulen, tengan cúpulas muy fuertes y la falta de democracia interna haga difícil apartar a los corruptos y que la política invada demasiadas instituciones”.
¿Qué es el poder? Casajuana dice: “He estado muy cerca del poder y me he sentido como un niño jugando con elefantes que en cualquier momento me pueden pisar sin enterarse. El poder sigue siendo un enigma y todos creen que lo tienen otros”. A pesar de los enemigos, las luchas, la vanidad, las comedias y las tragedias, el poder seduce. Y, a tono con la ironía que atraviesa su libro, contó una anécdota: “Una vez Alejandro Lerroux propuso a un político un ministerio. ‘Alejandro –le contestó el candidato–, lo he pensado bien, hay mucha inestabilidad y esto va a durar muy poco’. ‘No me has entendido –le cortó Lerroux– no te estoy ofreciendo ser ministro, te estoy ofreciendo ser exministro”.
‘Las leyes del castillo’ une la experiencia del diplomático y la capacidad de observación del escritor