Estrellas de la ópera rebajan su caché un 7% para ir al Met
Netrebko o Domingo han aceptado las nuevas condiciones
El Metropolitan Opera House (Met) acapara la atención pública como en pocas ocasiones. Aunque esta sea su máxima aspiración habitual, el teatro lírico no se caracteriza precisamente por el populismo del “efecto Kardashian”, cuyo prominente final de espalda se ha convertido en trending topic.
A simple vista, casi causa dolor espiritual e intelectual colocar esa “enorme” vulgaridad –así se le califica a esta mujer, carne fresca (censurada) en los tabloides– en el mismo párrafo que el reverenciado nombre del templo musical neoyorquino.
Pero, por unas razones u otras, el Met vive una temporada 2014-15 caracterizada por su presencia mediática.
A la polémica por la representación de La muerte de
Klinghoffer, que confirma eso de que a más ruido –mucho más–, más caja, se suma ahora el gesto protagonizado por las grandes figuras del bel canto.
Estos sí son malos tiempos para la lírica, bastante más que aquellos a los que aludieron el difunto Germán Coppini y sus Golpes Bajos hace ya tres décadas. Sin embargo, las manifestaciones de judíos contra la composición de John Adams, que la han convertido en un éxito de venta de entradas cuando pintaban bastos para la taquilla, y la buena voluntad de los artistas, la crisis se atenúa en parte.
Peter Gelb, director general de la institución, remitió este miércoles una carta a los solistas –es decir, las estrellas del ne- gocio– pidiéndoles que recortaran un 7% en sus emolumentos por actuar en el escenario del Metropolitan.
Esa cantidad significa el mismo recorte que el pasado verano, tras semanas de tensas negociaciones y la amenaza de suspender el inicio de la temporada o la temporada al completo, aceptaron los coros, la orquesta y demás trabajadores internos de la casa.
En su misiva, Gelb aseguró que algunas de las mejores voces han aceptado esa pérdida de ingresos. La primera de la lista es Anna Netrebko, la última diva, la más admirada del momento, a la que incluso se le perdona la intimidad con el multimillonario presidente de Rusia, Vladímir Putin. Los otros citados son Joyce DiDonato, Plácido Domingo y Renée Fleming. “Espero que os unáis a vuestros colegas –indica Gelb, según el artículo publicado por The
New York Times– para que el Met siga siendo fuerte en las próximas sesiones”.
En junio, el propio Gelb sostuvo que si el Metropolitan no ahorraba unos 200 millones de dólares en las nóminas, en dos o tres años podían echar el cierre. La mitad de su presupuesto, que ha crecido 300 millones, procede de donaciones. Pero no es suficiente. La caída en la venta de entradas, incluso después de rebajar el precio de los tickets, supone una pérdida muy notable en los ingresos, argumentó.
El recorte de las nóminas afectaría a los ingresos por lo que queda de este programa y hasta la temporada 2017-18. En los últimos tiempos, las retribuciones alcanzan los 17.000 dólares por actuación. Si se aplica ese 7% de reducción, la cifra quedaría en 15.810 dólares. Gelb les asegura que, en caso de no aceptar, su negativa no afectará en absoluto a futuras contrataciones.
La idea no es original. En otra época de crisis, Caruso se bajó voluntariamente su caché. En la Gran Depresión (años 30), los artistas también lo aceptaron. Salvo Beniamino Gigli.