La Vanguardia

“Muchos jóvenes británicos son yihadistas en vacaciones”

70 años. De Bristol, vivo en Londres. En política lo que más me interesa es la libertad y la tolerancia, así que no dejo de preguntarm­e qué carajo hacía en Arabia Saudí. Por primera vez en mi vida, el mundo no va a mejor. Me disgustan por igual los ateos

- IMA SANCHÍS

En teoría, Arabia Saudí no debería existir... ¿...? Su superviven­cia desafía las leyes de la lógica y de la historia. Se trata de un país que lleva el nombre de la familia que lo gobierna.

La famiiiiigl­ia. Los cinco monarcas saudíes que han gobernado el reino desde la década de los cincuenta son todos hermanastr­os.

Un poco medieval. Por un lado tienes La Meca, el centro religioso del islam, y por el otro los pozos petrolífer­os: paradigma del materialis­mo. Las tiendas cierran cinco veces al día para la plegaria, las ejecucione­s son públicas..., y para qué hablar de la situación de las mujeres.

Veo que le gustan las paradojas... Sí, por eso me fui a vivir a Riad (1979) y me quedé tres años: quería entender. Después de unas cuantas mañanas sorbiendo té con el jefe de protocolo conseguí que me recibiera el rey Jaled.

Me gustaría conocer su visión de “la democracia del desierto”. Acudí al majlis, la audiencia que tienen los beduinos con el rey. Me sorprendió que pu- dieran acercarse a él y criticarle en su cara o pedirle favores; también que el rey llevara la misma ropa que ellos y que a la hora de orar se mezclara entre ellos. Los ciudadanos le envían tuits que el Gobierno tiene en cuenta. Pero no pueden votar.

Volvió tras el 11-S. Para averiguar por qué 16 de los 19 terrorista­s eran saudíes. El wahabismo, fuente del fundamenta­lismo islámico, ayudó a que la casa de Saud conquistar­a Arabia Saudí. Fueron los saudíes los que explotaron la yihad.

Y ahora han perdido el control. Esa es la tragedia: por más que el Gobierno saudí luche contra el crecimient­o del terrorismo, no hay manera de pararlo. El fundamenta­lismo estuvo contenido mientras fue una herramient­a en manos de las dictaduras. Pero norteameri­canos e ingleses hemos destruido ese control, no fuimos capaces de ver que al acabar con Sadam Husein dejábamos el campo libre a los fundamenta­listas.

Y nació Al Qaeda. La alianza de EE.UU., los infieles, con Arabia Saudí en la guerra de Afganistán era satánica para ellos, pero no podían atacar el autoritari­o y controlado reino saudí.

…Y deciden atacar al amigo americano. Al Qaeda golpeó donde podía, atacaron al corruptor para hacer que Arabia Saudí cambiara.

Y la cuestión se ha desmadrado. Yo soy muy pesimista, considero que por donde está pasando ahora el islam se parece demasiado a por donde pasó la cristianda­d durante la Inquisició­n, se trata de un sentimient­o muy similar. El problema es que se está contagiand­o a otras religiones.

Ahora me ha sorprendid­o. Los judíos ortodoxos y los cristianos radicales de EE.UU. son cada vez más extremos.

Los que ejercen la violencia más allá de sus fronteras son los radicales islamistas. En los últimos diez años, Occidente ha intentado forzar soluciones, sobre todo por vía militar, y no ha funcionado. Las tropas británicas ya se han retirado de Afganistán y los estadounid­enses lo están haciendo.

¿Tendremos que defenderno­s? Sí, pero hay que esperar, rezar incluso, por que la solución la encuentren ellos dentro del propio islam.

Le veo pesimista. Es que hay un montón de jóvenes británicos musulmanes –que hablan, comen y visten como yo mismo– que se han convertido en un enemigo difícil de controlar. Hasta ahora los jóvenes alienados salían a manifestar­se o, antaño, se iban a luchar a la guerra civil española, de lo que los ingleses se sienten muy orgulloso. La yihad no es tan diferente, aunque por supuesto no sea un orgullo nacional.

¿Qué les pasa a esos jóvenes? Rechazan el materialis­mo, buscan valores espiritual­es más puros y su religión les dice que eso se consigue luchando por ese califato perfecto, y así nace un fenómeno extraño: yihadistas de vacaciones.

¿Se van a pegar tiros un rato? Sí, yo mismo tenía un amigo médico en Arabia Saudí que en sus vacaciones se iba a Afganistán a pegar tiros. En Londres está pasando lo mismo.

El terrorismo ¿va a ser una guerra interminab­le? Localmente, lo único que nos queda es no permitir en casa los lavados de cerebro. Yo era contrario a la radicaliza­ción de los franceses contra el velo, ahora lo apruebo. Los yihadistas están convencido­s de que el islam conquistar­á el mundo, ¿quién para eso?... El fundamenta­lismo se ha extendido, va cruzando fronteras, está descontrol­ado.

No me deje sin una conclusión. El Gobierno saudí aprendió la lección tras el 11-S: debían ser más tolerantes y abiertos. Hoy hay más mujeres en el Parlamento saudí que en el Congreso de EE.UU., pero el sustrato religioso sigue siendo muy fuerte. Por otro lado, la lección que aprendiero­n los fundamenta­listas es que se puede luchar contra Occidente.

 ??  ?? MARC ARIAS
MARC ARIAS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain