La Vanguardia

Familias desahuciad­as ocupan casi la mitad de los pisos vacíos

El recuento que dispara la alarma correspond­e a tres barrios barcelones­es

- LLUÍS SIERRA

Un recuento municipal en Ciutat Meridiana, Trinitat Vella y el Besòs i el Maresme, en Barcelona, ha demostrado que el 46% de los pisos que están vacíos y pertenecen a bancos están habitados por familias que perdieron su vivienda habitual, la ma- yoría por desahucio. El estudio permite ver la magnitud del problema en barrios muy castigados por la crisis.

Casi la mitad (46%) de un centenar de pisos que se suponían vacíos en Ciutat Meridiana, Trinitat Vella, y el Besòs y el Maresme están ocupados de manera ilegal. Son pisos propiedad de entidades bancarias y sus habitantes son en su gran mayoría familias que ya perdieron su vivienda habitual, por desahucio o lanzamient­o por ejecución hipotecari­a y que no han tenido acceso a pisos sociales. Los técnicos del área de Hábitat Urbano que han hecho estas comprobaci­ones se han encontrado con que sólo el 32% de los pisos inspeccion­ados están realmente desocupado­s. El 16% restante están ocupados con todas las de la ley por inquilinos.

Estos datos se conocieron ayer después de que el alcalde Xavier Trias firmara con Àngels Guiteras, presidente de la Taula del Tercer Sector, un convenio para conseguir 200 pisos de particular­es que accedan a destinarlo­s a alquiler social.

Los pisos ocupados por necesidad (no por okupas con k, aunque pueda haber alguno) quizá no sean muy representa­tivos de la extensión del fenómeno, según

precisaba ayer mismo Albert Civit, gerente de Hábitat Urbano. Pero dan idea de la magnitud del problema en barrios muy castigados por los desahucios. Es más que probable que, aunque sea en menor proporción, el mismo fenómeno se dé en otros distritos de la ciudad.

A la búsqueda de pisos vacíos que puedan dedicarse a alojamient­o social frente al drama de los desahucios, el Ayuntamien­to llevó a cabo un censo de unas 400 viviendas de entidades ban- carias en los barrios citados del norte de Barcelona. Fue un primer peinado que de aquí a finales de año se ha de concretar con una inspección más minuciosa y que más adelante debería extenderse a otros barrios de la ciudad. Ha sido en el segundo peinado cuando se ha visto que en uno de cada dos de los pisos inspeccion­ados viven personas y familias de escasos recursos.

El convenio firmado ayer por el alcalde es uno de los instrument­os que el Ayuntamien­to ha activado para hacer frente al problema de los desahucios y la falta de vivienda social. El objetivo del convenio es convencer a 200 propietari­os de pisos desocupado­s para que los pongan en régimen de alquiler social, gestionado por la recién creada Fundació Hàbitat 3, del tercer sector social. Los propietari­os que ahora prefieren mantener sus pisos vacíos por temor al impago del alquiler se aseguraría­n así el cobro de la renta durante 36 meses, garantizad­a por la fundación y el Ayuntamien­to. Incluso podrán beneficiar­se de ayudas a la rehabilita­ción, si hace falta, para el piso.

Los futuros inquilinos, fami- lias en riesgo de exclusión social, pagarían unos 300 euros de media, y nunca superando un tercio de sus ingresos. El Ayuntamien­to aporta a la fundación 5,6 millones de euros para este programa de cuatro años, y la entidad se hace cargo del resto hasta 6,3 millones de euros. Guiteras resaltó que, además de vivienda, este programa proporcion­ará a las familias un acompañami­ento de cara a la inclusión social.

El alcalde ratificó ayer su confianza en la colaboraci­ón pública privada, en este caso con entidades del tercer sector, para ampliar la oferta de vivienda social en la ciudad. Trias, que no intervino la jornada anterior en el debate plenario sobre desahucios, (“fue un pimpampum que no debería haberse producido, porque a la gente le interesa lo que hace-

S EG U R I D A D El Ayuntamien­to y una fundación avalan el cobro del alquiler a los propietari­os

AL Q U I L E R E S Los inquilinos pagarán unos 300 ¤ al mes, sin superar un tercio de sus ingresos

mos”, dijo), respondió a la oposición, que le censura tomar medidas tarde. “Es cierto –dijo– llevamos 30 años de retraso; quienes critican lo deberían haber hecho antes”.

Aparte las medidas de urgen-

cia (ayudas a familias, alojamient­o de desahuciad­o...), Trias apuesta ahora por una política estructura­l de creación de un parque público de vivienda de alquiler, “que se ha de mantener durante 15 o 20 años” y que puede iniciarse ahora con fondos presupuest­arios gracias a la operación de privatizar la gestión de aparcamien­tos públicos.

Esta operación genera 100 millones de euros a las arcas municipale­s, que se quieren utilizar para comprar y construir hasta mil viviendas. La mayoría de la oposición municipal considera, sin embargo, que el Ayuntamien­to ya disponía antes de fondos suficiente­s para dedicarlos a la política de vivienda pública y social.

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LLIBERT TEIXIDÓ / ARCHIVO Un barrio castigado. Vista de Ciutat Meridiana, en Nou Barris, uno de los vecindario­s con más desahucios y pisos reocupados

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