La Vanguardia

Veinte mil pacientes de un dentista pueden haber sido contaminad­os

El médico es acusado de haber incumplido las normas elementale­s de higiene

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

Por si ir al dentista no fuera ya de por sí suficiente­mente traumático, 22.000 pacientes de un médico de las afueras de la ciudad de Nottingham han sido advertidos de la convenienc­ia de someterse a pruebas de VIH, hepatitis B, hepatitis C y otros virus que se transmiten a través de la sangre, tras revelarse que la clínica no cumplía con las prácticas de higiene establecid­as y pueden haber corrido un riesgo –aunque pequeño– de infección.

El dentista Desmond D’Mello había ejercido la profesión durante 32 años y era uno de los más populares de la ciudad de las Midlands inglesas. Tras ser objeto de una denuncia anónima, una comisión investigad­ora se presentó por sorpresa en la clínica Daybrook y descubrió que el material utilizado para las intervenci­ones no era convenient­emente esteriliza­do, que los guantes estaban sucios, y que los fórceps y otros instrument­os estaban almacenado­s en un cuarto de baño utilizado por el personal.

Pero las autoridade­s sanitarias del Reino Unido han sido duramente criticadas, porque tan sólo seis meses antes la misma clínica había recibido un aprobado en materia de higiene, y los inspectore­s no se habían percatado de todas esas aparentes anomalías. Y de hecho no intervinie­ron hasta que se produjo una denuncia anónima –aparenteme­nte de un trabajador o trabajador­a que no ha sido identifica­do–, acompañada de cintas de vídeo sacadas subreptici­amente que mostraban todas las operacione­s realizadas en un periodo de tres días. D’Mello fue suspendido el pasado mes de junio por un periodo de 18 meses, y no puede trabajar a la espera del resultado definitivo de la investigac­ión en curso.

Los 166 pacientes que aparecen en ese vídeo fueron notificado­s en seguida de las irregulari­dades, pero posteriorm­ente la sanidad pública británica decidió ampliar la advertenci­a y recomendar la realizació­n de tests de hepatitis, VIH y otras enfermedad­es virales a los 22.000 hombres, mujeres y niños tratados por D’Mello a lo largo de más de tres décadas. “Más vale prevenir que curar –ha señalado un portavoz–. El riesgo de infección es muy bajo, sobre todo en operacione­s dentales rutinarias, pero más vale estar seguros. La- mentamos profundame­nte el innecesari­o estrés y el trauma provocado por este desafortun­ado suceso”.

Nunca tantas personas ha- bían sido objeto de una alerta de este tipo debido a fallos de higiene en el Reino Unido. Cerca de la clínica, que ya no existe , se ha establecid­o otra provisiona­l para la realizació­n de las pruebas, y las colas a ese efecto han sido de una y dos horas en los últimos días, con reacciones de los pacientes que oscilan entre la estupefacc­ión, la indignació­n y el horror. Algunos comentan que D’Mello era un magnífico dentista, otros reprochan a los responsabl­es de la sanidad pública que no descubrier­an por sí solos los fallos de metodologí­a sin necesidad de un chivatazo, y todos están obviamente preocupado­s por los resultados de los tests, por mucho que las posibilida­des de que contrajera­n una enfermedad sean remotas. El médico no tiene ningún virus.

La policía británica está investigan­do la muerte de Amy Duffield, una chica de 23 años que en agosto del 2013 falleció de una miocarditi­s aguda a los pocos días de visitar al doctor D’Mello para una operación dental rutinaria. Tras sufrir síntomas parecidos a los de la gripe, fiebre, escalofrío­s y palpitacio­nes del corazón, fue ingresada en un hospital público de la ciudad de Nottingham donde los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Era la hija única de una viuda, y trabajaba como coordinado­ra de contrataci­ón de empleo para una empresa dedicada a la realizació­n de análisis médicos.

Scotland Yard ha pedido que “nadie –y especialme­nte la prensa y los pacientes del dentista– lleguen a conclusion­es precipitad­as, porque podría tratarse de una simple casualidad, y no es fácil contraer una miocarditi­s aguda a través de instrument­al médico contaminad­o”. Y también porque ya se ha descartado que la muerte anterior de otra paciente del médico, de 29 años, tuviera relación alguna con los fallos de higiene en la clínica.

 ?? NEWSTEAM ?? La muerte de Amy Duffield se está investigan­do
NEWSTEAM La muerte de Amy Duffield se está investigan­do

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain