La casa de los Gasol
El brillante comienzo de Pau Gasol es la base del crecimiento de Chicago y la solidez de Marc ha llevado a Memphis al primer puesto de la NBA
No viene de ahora que Pau y Marc Gasol se hayan ganado un lugar de privilegio entre las mejores parejas de hermanos que han competido en la NBA, pero el juego de ambos –y, lo más importante, su importancia para llevar a lo más alto a sus respectivos equipos– ha alcanzado en este comienzo de temporada una relevancia excepcional. La versión más brillante de Pau, con ilusiones renovadas en el tránsito de Los Ángeles a Chicago, es fundamental para que los Bulls se hayan encara-
UN CLUB MUY SELECTO Pau estará hoy entre los seis jugadores más polivalentes de la historia de la NBA
mado al primer puesto de la conferencia Este, empatados a 7 victorias y 2 derrotas con Toronto Raptors, después de vencerles el jueves por 93-100. Y Marc, consolidado como uno de los dos o tres mejores pívots de la competición –es decir, del mundo–, ha dado a Memphis Grizzlies al liderato absoluto, con 8 victorias y 1 derrota.
En el partido del jueves, en el que Derrick Rose volvió a sufrir una lesión muscular, ésta calificada de “menor” por él mismo, Pau fue el mejor de los Bulls, con 27 puntos (su récord de la temporada), 11 rebotes, 3 tapones y 2 asistencias. Le faltó una asistencia, que con toda probabilidad dará hoy mismo, en la visita de Indiana, para convertirse en el sexto jugador que acumula en su carrera 16.000 puntos, 8.000 rebotes, 3.000 asistencias y 1.500 tapones. Siempre contando únicamente los partidos de primera fase, no los playoffs.
Solamente le han precedido –aunque no se puede olvidar que los tapones no se contabilizaron hasta la temporada 1971-72 en la ABA y la 1973-74 en la NBA– cinco auténticas superestrellas. Una breve lista que realmente impresiona: Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O’Neal, Hakeem Olajuwon, Kevin Garnett, Tim Duncan. Y el siguiente será él. Todos son jugadores interiores. Ni el mismísimo Michael Jordan –con permiso, el número 1 de la historia– tuvo opción de entrar en el club. Tras sus 1.072 partidos, le sobraban puntos (32.292) y asistencias (5.633), pero se quedó muy lejos en rebotes (6.672) y en tapones (893).
“No hay palabras suficientes para hablar de Pau”, dijo de él su entrenador, Tom Thibodeau, después del último partido. “Sólo resaltar la manera en que marca el tono del equipo. Ha estado increíble en todos los apartados”.
El de Sant Boi es quien ha jugado más minutos en total en los Bulls y el segundo por partido (34,9), superado sólo por Jimmy Butler, igual que en anotación (19,3 p, con un 51,9% en tiros de dos). Los 11,1 rebotes por partido son de momento la segunda mejor marca de su carrera, después de 11,3 en la temporada 09-10. Una aportación clave en la transformación de un equipo que la temporada pasada era el que menos puntos encajaba (91,8) pero también el que menos anotaba (93.7). Cifras que ahora han aumentado a 97,8 y 103.6 respectivamente. Otro estilo, que Chicago sueña que le lleve a su primera final desde 1998, cuando logró el último de sus seis títulos.
Bastante más sorprendente que el crecimiento de Chicago es que el mejor equipo de la NBA sea Memphis, aunque es cierto que sólo ha jugado contra uno de los grandes y fue un Oklahoma en horas bajas. La victoria del jueves, por 111-110 sobre Sacramento, dejó dos detalles relevantes. Por un lado, la gran confianza en sí mismo del grupo, que llegó a perder por 26 puntos y no tuvo su primera ventaja hasta 10 segundos antes del final. Por otro, el temor que infunde Marc Gasol. Cuando en el último segundo, con 109-110 en el marcador, sacó de banda Vince Carter, dos jugadores de los Kings se fueron a buscar a Marc, olvidándose del resto del mundo, y Courtney Lee, que no podía creerse que estaba tan solo, lo aprovechó para anotar la canasta del triunfo, posteriormente avalada por los árbitros en el vídeo.
El pívot catalán es el máximo anotador de su equipo (18 p, con un mejorable 47,5% en tiros de dos) y el segundo en rebotes (7,4, por 10,4 de Zach Randolph) y en asistencias (3,3 por 6,2 de Mike Conley). Entre los pívots, solamente Noah le supera en este último apartado. Otra prueba inequívoca del altísimo coeficiente intelectual en baloncesto que, como su hermano mayor, posee también al mediano de los Gasol.