Botton invierte 4,5 millones en el aceite de La Gramanosa
La almazara facturará este año 1,4 millones y exporta el 65%
Mauricio Botton Carasso, nieto del fundador de Danone, tiene desde hace treinta años una finca en el Penedès, donde se ha dedicado a sus dos grandes pasiones: coleccionar arte y cultivar viñedos y olivos. Gestionado a través de su empresa Germina Finance, ha ido plantando con los años 250 hectáreas de olivares en el Baix Camp, otras 100 hectáreas en Avinyonet del Penedès. Y desde 2011, Botton ha dado un impulso con la idea de hacer un aceite propio para competir con los mejores italianos y ha realizado una inversión de 4,5 millones de euros en una almazara. El edificio es obra del arquitecto Jaime Pons y alberga el molino “tecnológicamente más avanzado de España y entre los primeros del mundo”, explica Paolo Miceli, consejero delegado de La Gramanosa.
“Mi pasión era plantar árboles, y no me daba cuenta de que dan frutos y hay que venderlos: yo no tenía visión comercial”, explica Botton. Miceli viene de una familia de propietarios agrícolas en Toscana y Sicilia, y es socio de una agencia de comunicación en Barcelona. Empezó trabajando para La Gramanosa en estrategia e imagen, y en 2013 Botton le propuso liderar el proyecto.
Hasta ahora, la finca vendía su aceite a terceros. Pero en esta nueva etapa, apuesta por “demos- trar que en Catalunya, con buenas prácticas y una visión obsesiva por la calidad, se puede competir, incluso superar a los mejores aceites italianos”, dice Miceli. “Tener plantaciones en diferentes alturas y condiciones climáticas nos da aceites con características organolépticas diferentes y hacer coupages sofisticados”.
Para ello ha incorporado al equipo a dos expertos: Gionni Pruneti, “premiado almazarero de la Toscana”, y a Duccio Morozzo della Roca, que asesora fincas en Italia, Grecia y Japón, ex- plica Miceli. Además, La Gramanosa ha firmado acuerdos con prestigiosos cocineros –Carles Gaig, Nandu Jubany, los hermanos Colombo del Xemei, Carles Tejedor del Nacional, o el interiorista Beristain en su concept store– para que elaboren su propio coupage de aceite extra virgen.
“Este año esperamos que la producción se sitúe en 300.000 litros”, explica Miceli, “y exportaremos alrededor del 65%”, espe- cialmente a Francia, Japón y EEUU. En esta línea, acaba de firmar un acuerdo con la comercializadora francesa de alta gama Oliviers and Co, para venderles 30.000 litros, “que estarán en las tiendas gourmet de Francia, indicando la finca de procedencia”.
Este año la facturación prevista es de 1,4 millones de euros. Sin tener en cuenta las elevadas inversiones que se han realizado, La Gramanosa espera ser un negocio rentable dentro de tres años. “Podemos duplicar la facturación”, dice Miceli. “En la cultura del agricultor, el riesgo está en la base. Pero si eres generoso con la tierra, cuando recoges los resultados son espectaculares”.
Las aceitunas de las tres fincas se recolectan, llegan al molino y se convierten en aceite en menos de tres horas, y salen al mercado con tres marcas: Carlota, Mas Notari y La Gramanosa.