En busca de una sombra
Agentes españoles colaboran desde Nigeria en la lucha contra Boko Haram
Boko Haram mata, secuestra y se esfuma como una sombra dejando un reguero de muerte o llevándose consigo a sus víctimas. Localizar su madriguera, sus cuarteles o sus arsenales es la tarea prioritaria del desbordado Gobierno nigeriano, que tiene una parte importante de su país fuera de control al tiempo que le consumen la pobreza y la corrupción.
Además, los servicios de inteligencia del Gobierno de Goodluck Jonathan no han logrado infiltrarse en Boko Haram, mientras que miembros de ese grupo islamista radical sí se han infil-
El Estado nigeriano no logra infiltrarse en la guerrilla islamista y esta sí se ha infiltrado en el Estado
trado en los estamentos oficiales.
Fuentes europeas de inteligencia instaladas en Nigeria han informado a este diario que agentes españoles procedentes de Mali han acudido a Nigeria para reforzar las investigaciones acerca de Boko Haram. Una vez más, advierten, la investigación humana sobre el terreno y el dato suministrado por un confidente se imponen a las más sofisticadas tecnologías. En el Sahel existe un despliegue de agentes de información del que el Gobierno español no habla y no confirma, pero que fue calificado para La Vanguardia por las fuentes mencionadas de “importante y muy eficaz”.
A diferencia de lo que sucede con el Estado Islámico (EI), de donde llega un flujo de información que permite conocer sus pasos en Siria e Iraq, en Nigeria casi todos son suposiciones basadas en datos de muy difícil confirmación. Por ejemplo, los servicios de inteligencia desplegados en Nigeria a los que nos referimos tratan de averiguar el caudal del flujo de voluntarios que se están apuntando a las filas de Boko Haram, del mismo modo que otros procedentes de todo el mundo se suman al EI. Se trata de una paradoja. Está comprobado que lejos de causar rechazo, los vídeos de secuestros, torturas y asesinatos, las noticias de violaciones o los ataques suicidas y sus posteriores imágenes en prensa y televisión constituyen un imán que atrae extremistas y ahora Boko Haram se ha convertido en un polo de atracción que competiría con el EI.
Sea como fuere, la llegada a Nigeria de nuevos combatientes dispuestos a todo supone un incremento de la fuerza de Boko Haram en detrimento de la del Gobierno nigeriano, calificado de enemigo por este grupo extremista que considera intolerable la educación occidental, la participación en actividades políticas o sociales y a Nigeria como un Estado profanado y atropellado por los no musulmanes, incluso cuando el país contaba con un presidente musulmán.
El pasado miércoles se produjo en España otro movimiento en- torno a Boko Haram cuando la Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió diligencias de investigación contra el grupo terrorista nigeriano a consecuencia de la denuncia presentada por Baltasar Garzón el 24 de octubre en nombre de Fibgar, la fundación internacional que preside. La denuncia es por la comisión de delitos terrorismo y lesa humanidad y contiene testimonios de varias de las niñas secuestradas por Boko Haram facilitados por la organización no gubernamental Human Rights Watch, así como los contactos mantenidos entre Reino Unido y España tras las amenazas yihadistas contra los buques petroleros que atraviesan la zona oriental del Mediterráneo.
En la denuncia se recuerda que Abubakar Shekau (líder de Boko Haram) se ha solidarizado con los seguidores de Al Qaeda en Afganistán, Iraq, África del Norte, Somalia y Yemen, y que alienta a otros grupos yihadistas para que sigan participando en los ataques terroristas.