CDC llama a manejar bien los tiempos para que gane el sí a la independencia
Rull marca como prioridad ampliar los apoyos y rehacer la unidad política
Tiempo. Una semana después del 9-N , en una vorágine política que lejos de amainar se incrementa día día, el coordinador general de Convergència Democràtica de Catalunya, Josep Rull, pidió ayer tiempo para gestionar adecuadamente la “fuerza y la legitimidad” alcanzadas con el proceso participativo del pasado domingo. Tiempo para “ampliar la base” a favor de un Estado propio. Tiempo para rehacer el consenso político. Tiempo, porque “el objetivo no es correr, sino votar y ganar”, afirmó durante su intervención ante el consejo nacional del partido que lidera Artur Mas en un claro mensaje a ERC y la CUP, que en los últimos días han insistido en la necesidad de convocar elecciones lo antes posible. “Parece que hoy la pregunta principal sea el cuándo, pero el cuándo es la respuesta que podremos dar cuando hayamos sido capaces de construir y consensuar el qué y el cómo”, manifestó.
Rull, además, señaló la importancia de “escoger bien el momento” para un hipotético avance electoral –concepto al que no se refirió explícitamente–, porque llegado el momento será una cuestión de todo o nada. “Llegará el día en que no bastará con cargarse de razones, con la fuerza de la democracia, tendremos que derribar el muro de la intolerancia, pero debemos escoger bien el momento, porque entonces solo habrá una alternativa, ganar para hacerlo posible”.
Con este objetivo en mente, el número dos de CDC consideró imprescindible ampliar el apoyo a la independencia. Por eso marcó como objetivo prioritario de su partido “convencer a la gente del sí/no –opción en la que se encuentra, entre otros, su socio, el líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida– de que ahora la mejor garantía para conseguir el bienestar es obtener un Estado propio”. Y en consecuencia, animó a los 380 consejeros nacionales que seguían su discurso a “salir a la calle para sumar voluntades”, y a seguir haciendo pedagogía, explicando el qué –la independencia–, pero también el cómo, haciendo de esta un objetivo plausible, “porque explicando el modelo será cómo conseguiremos arrastrar más voluntades”. Un “modelo” que los convergen- tes perfilaron durante su Convención Nacional, celebrada en marzo de este año, y en el que plasmaron su propuesta de cómo debería ser una Catalunya independiente, desde la Justícia a la fiscalidad pasando por el modelo de salud o las universidades. Rull también consideró de vital importancia explicar los conceptos incluidos en los informes elaborados por el Consejo Asesor de la Transición Nacional sobre las consecuencias de una posible independencia: “La gente nos lo exige y tenemos que dar las explicaciones necesarias para dar viabilidad a este nuevo Estado”.
Pero no sólo hubo mensajes en clave interna. El convergente fue muy crítico tanto con el PP como con el PSOE. Censuró al presidente Mariano Rajoy la actitud mostrada en su comparecencia del pasado miércoles cuya única conclusión es, afirmó, que “el Gobierno español ha desaparecido radicalmente de Catalunya y sólo lo podrá recuperar actuando como un gobierno del siglo XXI, poniendo definitivamente las urnas”. También arremetió contra la presidenta del PP catalán, Alícia Sánchez-Camacho, a quien calificó de “profeta” e “inspiradora de la Fiscalía”, en referencia a unas declaraciones de la líder popular a Cuatro en las que explicó que asesoraba a la Fiscalía.
L “ElA M E objetivoT A CO N V E R G no EN T esE correr, sino llegar, votar y ganar”, subraya Rull
ME N S A J E A ER C “El darlo cuándo cuando podremos hayamosel qué y el consensuadocómo”
Tampoco los socialistas salieron bien parados. Rull reprochó al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que “aterrizara” en Barcelona un día después del 9-N, “¿por qué no vino un día antes para comprobar in situ lo que hacían los catalanes?”, se preguntó. Si lo hubiera hecho, dijo Rull, hubiera presenciado una nueva “lección” de los catalanes, que “contestaron a los insultos y a la intolerancia con sus votos”. Lo que le llevó a concluir que “no hay fuerza, gobierno, fiscalía ni tribunal que pueda detener este anhelo del pueblo de Catalunya”.
Rull quiso dar las gracias a todos los que hicieron posible que el 9-N se pudiera votar, en especial a los voluntarios, y a los alcaldes, pero sobre todo al president de la Generalitat. A lo que los asistentes respondieron en pie y con una ovación cerrada a Mas.