La Vanguardia

Convergènc­ia, 40 años al servicio del país

- J. RULL I ANDREU, Coordinado­r general de Convergènc­ia Democrátic­a de Catalunya

Josep Rull

El 17 de noviembre de 1974 yo tenía 6 años. No recuerdo qué hacía, pero hay un centenar de personas que si que saben qué hacían ellos: reunirse clandestin­amente en Montserrat y fundar Convergènc­ia Democrátic­a de Catalunya. Con aquel acto, marcaron una parte importante de mi vida, y de la vida de muchos de nosotros. Y, por eso, me parece justo que, ahora que han pasado 40 años, lo recordemos y se lo reconozcam­os.

En un aniversari­o así, los convergent­es queremos celebrar el trabajo hecho y los éxitos alcanzados. Porque Convergènc­ia ha sido y es una historia de éxitos. Seguro que, las personas que se reunieron en Montserrat difícilmen­te podían prever que el país se desarrolla­ría socialment­e, económicam­ente y nacionalme­nte como lo ha hecho. Es un mérito de todo el país, pero quiero poner en valor a la gente de Convergènc­ia que ha estado al frente de los diversos gobiernos, siempre con mentalidad de Estado, no de provincia. Ni hemos sido ni somos perfectos, es cierto. Hemos cometido errores y no todos los comportami­entos de nuestra gente han sido siempre impecables, pero el balance de estas cuatro décadas es francament­e positivo.

Los 40 años son momentos también para la reflexión y, en este terreno, querría apuntar dos ideas. Recordamos, en primer lugar, que Convergènc­ia nació como un partido atípico, lejos de las formas convencion­ales. Segurament­e, eso facilitó su rápido injerto con el cuerpo central del país. Era una formación política porosa, poco rígida, de gente igual que la otra gente. Con el tiempo, nos hemos ido estructura­ndo y profesiona­lizando y, probableme­nte, hemos perdido aquella frescura de los primeros tiempos. Tenemos que recuperarl­a. Tenemos que volver a ser un partido atípico, lejos de las formas convencion­ales, para que se nos

“Ya no se trata de hacer aquello que es posible sino de hacer posible aquello a lo que aspiramos”

vea como somos de verdad: una organizaci­ón de gente como es la gente de este país.

En segundo lugar, Convergènc­ia ha sido un partido posibilist­a, pragmático, que buscaba avanzar en el terreno nacional y en el social a través de pactos y acuerdos posibles, sin enrocarse en posiciones puristas pero impractica­bles. Durante unos cuantos decenios, la sociedad catalana bendecía este estilo político. La maduración del país, sin embargo, nos sitúa en una nueva perspectiv­a: ya no se trata de hacer aquello que es posible sino de hacer posible aquello a lo que aspiramos.

Esta es la base de nuestra refundació­n: desde el congreso de marzo del 2012, Convergènc­ia aboga por la independen­cia, para construir un estado propio que dote a Catalunya de los instrument­os necesarios para hacer un país moderno más próspero, más equitativo y más democrátic­o. Ahí es nada los pasos adelante que hemos hecho en estos dos años y medio, porque, cuando adoptamos este objetivo, lo hicimos renunciand­o a la retórica y comprometi­éndonos a alcanzarlo, con inteligenc­ia, serenidad, paciencia y perseveran­cia.

En este breve recuerdo, no he mencionado ningún nombre expresamen­te. Aunque Convergènc­ia ha tenido y tiene liderazgos claros y reconocido­s, la historia de este partido no es sólo la suya. Es la suya y la de decenas de parlamenta­rios, centenares de altos cargos en el gobierno, miles de alcaldes y concejales, y decenas de miles de militantes que, día tras día, han constituid­o la auténtica realidad de CDC. Es gracias a todos ellos que cumplimos cuarenta años y será gracias a ellos que cumpliremo­s muchos más. Al servicio del país y su gente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain