Innovación abierta
La evolución del mundo de la tecnología en los últimos setenta años ha caminado a un ritmo vertiginoso. Los primeros ordenadores electrónicos programables, construidos en la década de 1940, eran esencialmente calculadoras de alta velocidad. Luego vinieron los grandes servidores corporativos ( mainframe), los ordenadores personales, internet, las redes sociales… Hoy nos adentramos en una nueva etapa de las tecnologías de la información cuya trascendencia va más allá de estos hitos, la era de la computación cognitiva, en que las máquinas nos ayudan a pensar y tomar mejores decisiones.
Los sistemas cognitivos complementan las habilidades para razonar y pensar de los
Hay que establecer un diálogo activo entre todos los actores que participan en la actividad de la empresa
humanos, gracias al análisis de la información. Cada día se generan más de 2,5 trillones de bytes de información y el 90% de los datos de todo el mundo se han generado en los últimos dos años. No resulta exagerado afirmar que la clave de esta nueva era reside en las extraordinarias posibilidades que las herramientas tecnológicas ofrecen para analizar tales cantidades de datos que se generan a través de múltiples canales de comunicación, de redes sociales, blogs, páginas web, etcétera.
Este momento histórico que vivimos ha revalorizado más el papel que la innovación y la investigación han de desempeñar en las organizaciones. Que el aprovechamiento de los grandes volúmenes de datos sea una realidad en el mundo empresarial y, sobre todo, en el día a día de los ciudadanos, depende en gran medida de que las compañías y las administraciones públicas sepan apostar decididamente por la innovación como el elemento motor de crecimiento.
La apuesta por la innovación y la investigación en este entorno debe proporcionar a las empresas un retorno de la inversión en el corto plazo y al mismo tiempo proponer el desarrollo de nuevas ideas para las innovaciones del futuro. ¿Cómo pueden unirse dos cuestiones que aparentemente pueden resultar tan antagónicas? La única forma de que esa unión resulte exitosa pasa por establecer un diálogo activo entre todos los actores que participan en la actividad de la empresa. En este nuevo modelo abierto de innovación no sólo han de participar los empleados de la compañía; proveedores, organismos públicos, competidores, líderes de opinión y hasta los propios clientes tienen mucho que decir. Por ello, los profesionales que lideren el tren de la innovación deberán crear una cultura en su propia organización que impulse el intercambio constructivo de ideas y una reflexión crítica de los esfuerzos de todos.