La Vanguardia

Líneas que definen la personalid­ad

El dibujante Toni Batllori no sólo capta los rasgos físicos, también el “alma” de los personajes

- M. GUTIÉRREZ

Los cirujanos plásticos estudian los rasgos y la fisonomía de una persona para hacerla parecer más joven o cambiar el aspecto de su rostro con naturalida­d. Esa es al menos la idea.

No son los únicos especialis­tas en captar aquello que identifica a alguien. Los dibujantes se fijan en las caracterís­ticas más distintiva­s de los personajes para reproducir­los y hacerlos reconocibl­es.

Y cuando ese dibujo es diminuto, cuando el trazo va de un centímetro, de milímetros incluso, dar con esa expresión resulta fundamenta­l. Ahí está el dibujo de Toni Batllori en su tira Ninots. El Rajoy de la edición de ayer aparecía con un pelo despistado, las orejas grandes, los puntos de su barba y los brazos doblados, con las manos apuntando hacia abajo, una pose muy típica del presidente del Gobierno. “Busco el conjunto de una persona, no sólo su cara, también su cuerpo, su personalid­ad, qué actitud tiene, cómo camina, cómo se mueve...”, describe Batllori.

“A la medida que dibujo yo, un milímetro es definitivo, cualquier pequeño matiz marca la diferencia: una raya un poco más abajo, o un poco más curva... Supongo que en la cirugía plástica ocurre lo mismo”, reflexiona –por cierto, Renée Zell-

“A la medida que dibujo, un milímetro es definitivo, cualquier matiz marca la diferencia”

weger le parecía más atractiva antes de la metamorfos­is, ¿quizás porque destilaba más personalid­ad, ese alma que dice que busca?–.

Cuando este dibujante se enfrenta por primera vez a un personaje se rodea de fotos de este, no sólo para descifrar su aspecto físico, también su personalid­ad. “Intento chuparle el espíritu, identifica­r su alma; soy como una esponja que observa a la persona y recoge todo lo que puede sobre ella”. Después dibuja y dibuja hasta que, al final, intuitivam­ente, da con la representa­ción acertada.

Las personas con caracterís­ticas físicas muy marcadas, como un peinado particular o una nariz grande, suelen ser más fáciles de plasmar. En el caso del president Artur Mas, su mandíbula prominente y su mentón están entre las claves del dibujo. Para Anna Simó (ERC), se fija en su peinado. “Es como un casco, muy asimétrico, como si se hubiera puesto una peluca”.

Uno de los personajes que más le costó plasmar fue Jordi Pujol; Mas se lo puso más fácil

Con Jordi Pujol tuvo más problemas. “No fue fácil, me pilló cuando comencé, pero lo acabé consiguien­do”. Josep Antoni Duran Lleida también se las trae. El problema está en su boca. “La entiendo, pero cuando la dibujo tal y como es, no parece él; la has de hacer más expresiva”, señala.

En general, un feo resulta más fácil de dibujar, porque siempre se ve algo que destaca. Es más original. “Las personas guapas, sin embargo, cuestan, porque las facciones están más proporcion­adas”, afirma. Es lo que ocurre con el nuevo líder del PSOE. Pedro Sánchez tiene planta y fama de guapo y tampoco se lo pone fácil a la hora de realizar la tira. No sólo por su físico, su personalid­ad tampoco dice gran cosa, una falta de carisma y de aire de chico de anuncio que muchos le recriminan. “Con Alfredo Pérez Rubalcaba era más sencillo, es más feo y más inteligent­e”.

Con todo, ¿cuál sería la principal caracterís­tica que identifica un personaje? “Quizás el pelo”, responde Batllori. “Para acertar con una persona has de dibujar bien el pelo”. Y si tiene poco, a dibujar cuatro pelos, literalmen­te. “Son recursos y guiños que los lectores captan y que sirven para conectar con la identidad del personaje”. ¿Y qué Zellweger sería más fácil de dibujar, la antigua o la de la nueva cara?

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