La ESA logra una última conexión con Philae y presencia su fin en directo
La sonda se apaga tras 57 horas de actividad en la superficie del cometa 67P
El equipo de la misión Rosetta consiguió restablecer un último contacto con la sonda Philae el viernes por la noche y asistió en directo al fin del pequeño robot, que agotó sus baterías mientras se estaba comunicando con la Tierra.
Los responsables de la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se habían podido comunicar con Philae dos veces al día, le habían enviado un último paquete de instrucciones el viernes por la mañana. La sonda debía intentar perforar la superficie del cometa para analizar su composición en uno de los experimentos más importantes de la misión. Pero, con pocas reservas de energía en sus baterías, no sabían si Philae llegaría viva al final del día y podría transmitir a la Tierra los resultados del experimento.
El centro de control de Philae en Colonia (Alemania) captó una débil señal de la sonda a las 23h19 (hora española). Fue una señal breve, apenas un bip y de nuevo el silencio.
Minutos después, se escuchó una nueva señal, esta vez más robusta. Cuando se estabilizó, los ingenieros aprovecharon la conexión para bajar todos los datos que Philae había registrado a lo largo del día, que era lo más urgente. A las 23h50, una vez recogida la cosecha científica, enviaron a la sonda un nuevo paquete de instrucciones. Debía extender las patas del tren de aterrizaje para elevarse 4 centímetros y rotar su cuerpo 35 grados para reorientar sus paneles solares e intentar captar más energía. Era la única esperanza de recargar sus baterías y mantenerla operativa.
A medianoche se había completado el envío de instrucciones aunque, como la sonda se encuentra a 510 millones de kilómetros, no recibiría el mensaje hasta 28 minutos más tarde. En aquel momento parecía que las baterías de Philae tenían reservas suficientes para aguantar hasta el fin de la conexión, que debía prolongarse aún dos horas más.
Pero a las 0h40 las baterías su-
TRABAJAR HASTA EL FINAL El robot logra enviar todos los datos que ha recogido en el cometa antes de claudicar OPERACIÓN RESCATE Se le han enviado instrucciones para que se oriente más hacia los rayos solares
frieron una brusca caída de voltaje. Siguió una hora de agonía en que la sonda entró en estado crítico. A la 1h36 el centro de control dejó de recibir ninguna señal. Un tuit de la cuenta oficial de Philae informó del desenlace: “Os contaré más sobre mi nuevo hogar, 67P, pronto… zzzzz”.
“Incluso hemos visto cómo se quedaba dormida”, dijo Stephan Ulamec, director del equipo de Philae, en declaraciones recogidas por Spaceflight Now.
A partir de ahora, Philae está en modo de hibernación. Todos sus instrumentos han quedado apagados a la espera de que la sonda vuelva a tener suficiente energía para arrancarlos de nuevo. Pe- ro “es improbable que se restablezca el contacto con la sonda a corto plazo”, reconoció ayer la ESA en un comunicado. “Ningún contacto será posible a menos que los paneles solares reciban suficiente luz y generen suficiente electricidad para despertarla”.
Con la sonda ubicada junto a un acantilado que le hace sombra, al equipo de la misión apenas le queda ninguna esperanza de que Philae despierte algún día, según reconoció el viernes Valentina Lommatsch, del centro de control de Colonia.
Pero no es imposible que “en una fase posterior de la misión, tal vez cuando estemos más cerca del sol, tengamos suficiente luz solar para despertar la sonda”, declara Stephan Ulamec en el comunicado de la ESA.
La nave Rosetta, que permanece en órbita alrededor del cometa 67P, seguirá tratando de escuchar a Philae cada vez que pase por encima del lugar donde se encuentra por si emite alguna señal en el futuro.
Aunque no vuelva a decir nada más, quedan los datos científicos que ha recogido en sus 57 horas de actividad en la superficie del cometa y que van a tener a los científicos ocupados durante varios meses. No se había informado, al cierre de esta edición, de qué datos había registrado la sonda el viernes y había transmitido en su última conexión con la Tierra. En particular, no se sabía aún si ha conseguido analizar la composición de la superficie del cometa. Pero la misión de Philae “ha sido un éxito enorme, todo el equipo está encantado”, dijo Stephan Ulamec tras perder el contacto con la sonda. “Todos nuestros instrumentos han funcionado, ahora es hora de ver qué tenemos”.
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