Esperanza ante las dudas
El físico y ensayista David Jou plantea nuevas respuestas desde la ciencia y el humanismo cristiano a la crisis económica, ecológica y espiritual común de todos, que no puede ser dominado por nadie”.
La Fundació Joan Maragall ha organizado un ciclo de tres conferencias bajo el título Esperances davant d’incerteses en las que David Jou, catedrático de Física de la Universitat Autònoma de Barcelona y poeta, examina las crisis política, ecológica y espiritual a la luz de la doctrina de la Iglesia. Las tres charlas (días 13, 18 y 20 de noviembre, en Blanquerna, C/Valldonzella, 12, Barcelona) son de hecho una ampliación de su intervención en el acto celebrado en el saló Sant Jordi de la Generalitat el pasado 27 de marzo con motivo del 25 aniversario de la fundación.
1. Crisis política y económica. “Los avances de la tecnología son espectaculares, nos permiten más riqueza y conocimientos. Pero la tecnología corre el riesgo de convertirse en idolatría –advierte David Jou–. Las humanidades pueden humanizar la tecnología, y mejorar la relación médico-enfermo o administración-ciudadanía. El cristianismo, o sea la doctrina social de la iglesia, puede ayudar también a mejorar la democracia. El problema es que la tecnología está desbocada, es difícil adaptarse a las variaciones constantes, a un mundo en exceso. Nos podemos sentir perdidos ante estos avances, y la tecnología se convierte en adictiva. Hoy sabemos que la humanidad podría mejorar mucho aunque no hubiera ningún otro avance en la tecnología. Pero también comprobamos a diario la incomprensión política, que se da en tantos ámbitos, como en el del islam, por poner un ejemplo lejano”.
Jou reconoce que la Iglesia “a veces se excede en la prudencia ante los avances de la tecnología más puntera”, pero que en otros ámbitos sociales, relacionados con el mundo del trabajo y el progreso, puede mover conciencias. Aún así constata también que “asistimos a un incremento de las desigualdades al mismo tiempo que se produce en paralelo a la mejora de situación de las clases más pobres. Existen dos tendencias: hay más gente que puede vivir algo mejor pero crece la diferencia con los más ricos”.
2. Crisis ecológica y demográfica. “La población mundial ha aumentado en parte gracias a los avances de la medicina (reducción mortalidad infantil y mayor esperanza de vida) y a una revolución verde (mejora de
“Las humanidades pueden humanizar la tecnología y la Iglesia ayudar a mejorar la democracia”
la productividad, abonos, técnicas de conservación de alimentos...) que han permitido aumentar los alimentos, aun a costa de un mayor consumo de agua, energía y productos químicos”. La tecnología, es cierto, nos da muestras de abusos pero también ofrece la esperanza de acabar con el hambre, mejorar las energías renovables, reducir la contaminación, acceder al petróleo del Ártico. Incluso se habla ya de la ingeniería planetaria, de como situar en la parte exterior de la Tierra grandes espejos que reflejasen hacia fuera una parte de la radiación solar para reducir el calentamiento del planeta.
Pero con todo, David Jou es de los que cree que “el crecimiento demográfico como mínimo se ha de frenar... la tierra debe ser disfrutada por un máximo de humanos pero no podemos correr el riesgo de que dentro de 15 o 20 generaciones sea inhabitable y no haya ni un lugar para los residuos, por ejemplo”. “La Tierra podrá seguir siendo habitable si no pasa de cierto límite, de lo contrario puede que no haya suficientes alimentos y nos enfrentaremos al peligro de un descenso traumático de la población por guerras o epidemias. Si no hacemos una lectura literal del Génesis, el cristianismo nos pude aportar una idea del mundo como creación. La creación es de todos y el mundo es la casa
3. Crisis de espiritualidad. “Vivimos en una sociedad que busca la espiritualidad al margen de las instituciones religiosas, centrada en el individuo, que rehúye el compromiso. El cristianismo nos hace la doble invitación: profética –a la transfor-
“La Tierra podrá seguir siendo habitable si no pasa de cierto límite de población”
mación del mundo y a la justicia, posible gracias a la tecnología– y mística –fusión con el cosmos y el entorno, cuerpo y espíritu–”.
Jou, que acaba de publicar El laberinto del tiempo y Poemes de Nadal i de Setmana Santa, apuesta por la esperanza frente a quienes desde las sectas y otras corrientes ofrecen seguridad.