El mundo de Tolkien
Jackson finaliza su segunda trilogía sobre el mundo de Tolkien
La batalla de los cinco ejércitos es la nueva entrega de El hobbit, en la que Peter Jackson apuesta por el virtuosismo visual para adaptar libremente la novela del mismo título de J.R.R. Tolkien y poner fin a su serie de seis películas sobre la Tierra Media.
Una batalla de cerca de cincuenta minutos, una megabatalla, la madre de todas las batallas épicas, se erige en el clímax en la culminación de la trilogía cinematográfica de El hobbit, que ayer tuvo su presentación mundial en Londres. La nueva entrega se llama La batalla de los cinco ejércitos. No podía ser de otra manera.
Peter Jackson apuesta por el virtuosismo visual en esta entrega, basada libremente en la obra de igual título de J.R.R. Tolkien. Historia barroca donde el entrechocar de hierro y acero deja, por momentos, espacio para que respire el drama.
Con La batalla de los cinco ejércitos la cortina cae sobre la Tierra Media. Lo que hace trece años empezó con El retorno del rey, primera entrega de la trilogía de El señor de los anillos, acaba ahora en lo más alto. Han sido, en total, seis largas películas en dos trilogías y, en conjunto, uno de los hitos del cine épico. “Los herederos de Tolkien no quieren ni oír hablar de más adaptaciones cinematográficas de las obras de Tolkien pendientes; o sea que, sí, es el final”, confirmaba ayer Peter Jackson. Es tiempo para el adiós, pues. Y La batalla... es un adiós a lo grande.
A lo largo del tiempo que lleva instalado en la Tierra Media, si alguna cosa ha aprendido Peter Jackson es a rodar batallas épicas, de las que él mismo reconoce que “el espectador puede acabar con fatiga de guerra”.
Para evitar esa fatiga, Jackson hace que el largo enfrentamiento que culmina en La batalla de los cinco ejércitos sea algo más que el encontronazo espectacular de enanos, elfos y hombres contra orcos y wargos, luchando a los pies de la Montaña Solitaria.
“La batalla ayuda al drama”, añade el director, que no ha dejado nada al azar en la conclusión de El hobbit. Liberado de la fidelidad, en esta ocasión, al libro de anteriores entregas: la batalla final, que domina el filme, ocupa en realidad unos pocos párrafos en Tolkien.
Broche emocionante, pues, para la trilogía de El hobbit. Una trilogía que arrancó con paso renqueante, infantil y más bien soso, en Un viaje inesperado, para continuar luego, de forma más musculosa e inquietante, con La desolación de Smaug.
La batalla de los cinco ejércitos, presentada ayer en Londres, se erige, además, como el pórtico de lo que luego ocurrirá en El señor de los anillos, posterior en el tiempo dramático (aunque anterior en su realización) cerrando perfectamente el círculo. El negro tenebroso que domina la primera entrega de los anillos se impone mientras los ejércitos cuentan sus víctimas. Un filme con escenas de terror (suave) que recuerda las películas japonesas de fantasmas. Y también un poco de humor. Pero sin exagerar ni en un sentido ni en otro: como en todas las entregas domina el tono solemne.
La batalla de los cinco ejércitos empieza justamente donde La desolación de Smaug acababa: con el monstruoso dragón con sus alientos de fuego dirigido hacia el pueblo indefenso donde se erige, como única defensa, Bardo el Arquero (Luke Evans).
Martin Freeman es de nuevo Bilbo Bolson, e Ian McKellen es Gandalf,
PETER JACKSON “Los herederos de Tolkien no quieren más adaptaciones” IAN MCK ELLEN “Estoy encantado de ver tantos jóvenes interesados en Tolkien”
el verdadero clásico de toda la saga. Encantado ayer de ver “cómo los jóvenes se acercan todavía con entusiasmo a Tolkien”. Se echa en falta al Gollum, que no aparece, pero ahí está el actor que lo interpreta, Andy Serkis, que en este caso ha dirigido la segunda unidad, al lado de Jackson, al otro lado de la cámara. “Dentro de algunos años, cuando la gente olvide las premières, las seis películas sobre Tolkien se entenderán como un todo”, afirma convencido Jackson.