La Vanguardia

Precampaña en marcha

El PP admite una coalición de gobierno con el PSOE sólo como último recurso

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Mariano Rajoy pide a la cúpula del PP que a la vuelta de Navidad los populares multipliqu­en su presencia en actos por todo el país.

CARMEN DEL RIEGO Hay que ponerse las pilas. Es el mensaje que vino a trasladar Mariano Rajoy ayer a la cúpula del PP, en la reunión del comité ejecutivo antes de Navidad. Cuando vuelvan de vacaciones, empezará la precampaña, con actos por todo el país y dos convencion­es, una a finales de enero para aprobar el programa y otra en febrero para proclamar a los candidatos. Va a ser una campaña difícil, que no acabará con las elecciones municipale­s y autonómica­s de mayo, sino que continuará hasta finales de noviembre, cuando se celebren las generales, el verdadero objetivo de Rajoy y para el que ayer puso deberes a sus ministros y a los dirigentes del partido: “Tenemos que incrementa­r la actividad del partido y hablar más. El Gobierno y el partido deben trabajar para ocupar todos los espacios”.

Y es que todo debería ir de otra manera. El Gobierno está “ganando la batalla a la crisis”, insistió ayer Mariano Rajoy, y sin embargo no se ha producido lo que parecía inexorable que ocurriera si eso sucedía. Los votantes del PP no son aliados incondicio­nales, como antes, sino todo lo contrario. Ahí están los datos: ya en las europeas cerca de 300.000 votantes populares se fueron a Podemos, y los sondeos insisten que el partido de Pablo Iglesias no sólo recoge voto de la izquierda.

Hay pues muchos votantes que han abandonado el PP y nada hace pensar que regresen. Las razones las sabe perfectame­nte Rajoy: la renuncia a modificar la ley del aborto para acabar con la ley de plazos es una, que afecta a una parte del electorado; Catalunya, y lo que en determinad­os sectores consideran inacción del Gobierno para frenar a Artur Mas, es otra. Pero también la corrupción. El presidente del Gobierno reconoció ayer, en la reunión del comité ejecutivo del PP, que los casos de corrupción “nos han hecho mucho daño”, a ellos, y a todos los partidos que han tenido o tienen ámbitos de poder, pero el suyo, sostiene, ha hecho lo que debía hacer: “Ha pedido disculpas y perdón a los ciudadanos, ha apartado de sus filas a los implicados en casos de corrupción y ha tomado decisiones difíciles”.

Y como ejemplo, Mariano Rajoy citó a la exministra de Sanidad, Ana Mato, la única de la que habló con nombres y apellidos. Se refirió a ella con unas palabras similares a las que utilizó en el pleno sobre la corrupción celebrado en el Congreso al día siguiente de su dimisión, y para decir que su renuncia se ha producido solamente por estar “citada” en un auto de un juez, en el que no sólo se dice que no está imputada, sino que se deja claro que “desconocía el delito” cometido.

No hubo referencia­s a nadie más, aunque el que obligó a dejar la militancia a Rodrigo Rato es el caso que más impacto ha causado en el PP, el que se refiere a las tarjetas opacas de Caja Madrid. Sí citó ese caso y la operación Púnica, que afectó a Francisco Granados, María Dolores de Cospedal. Esta situación y el conjunto de todos esos elementos son los que llevaron ayer a Rajoy a pedir a sus dirigentes que pasen a la ofensiva y se vuelquen en el partido.

Y a esa situación se debe también que la secretaria general del PP no haya rechazado de plano un posible gran acuerdo con el PSOE para formar Gobierno, si el PP no tiene mayoría absoluta y no tiene más remedio que recurrir al apoyo de los socialista­s.

El PP celebrará dos convencion­es, una de programa en enero y otra de candidatos Rajoy quiere que el partido se ponga ya en marcha con más actos en toda España

Porque sólo en ese caso, en ese último caso, el PP se plantearía la posibilida­d de una gran coalición con los socialista­s. Así lo afirmó Cospedal en una entrevista en Telecinco, aunque después se preocupó de enfriar las expectativ­as: “Es una hipótesis en la que no estamos ni nos planteamos”, dijo en rueda de prensa.

El PP no piensa ahora en ese escenario. Está volcado en las municipale­s y autonómica­s, ante la posibilida­d de perder dos plazas importante­s, Valencia y Madrid. Dos lugares, además, donde se mantiene la incógnita sobre quiénes serán los candidatos. La actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ya ha anunciado que no repetirá, y los posibles candidatos abundan, sin que de verdad se sepa en quién piensa Rajoy. Para la Comunidad, parece que Ignacio González podría ser el cabeza de lista. No lo tiene tan bien Alberto Fabra. Rita Barberá es seguro que irá, la duda es si al Ayuntamien­to o a la Generalita­t.

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PACO CAMPOS /EFE María Dolores de Cospedal, a su llegada a la sala de prensa del PP

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