La Vanguardia

Nuevo alto el fuego entre el ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos

- GONZALO ARAGONÉS

La enquistada guerra en las provincias orientales de Ucrania pasó ayer por un tercer compromiso de alto el fuego, y a las pocas horas, por un cuarto. El ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos de la autoprocla­mada República Popular de Luhansk (RPL) anunciaron una tregua. Conversaci­ones entre los militares y los separatist­as de la vecina República Popular de Donetsk (RPD) die- ron como fruto otro acuerdo de alto el fuego, aunque sólo afecta a los intensos combates que desde hace meses se producen en torno al aeropuerto de Donetsk, y que tenían que cesar ayer mismo.

Según anunció la misión de observació­n en la región de la Organizaci­ón para la Seguridad y la Cooperació­n en Europa (OSCE), bajo el nuevo acuerdo las partes se comprometi­eron a retirar las armas pesadas de la línea de combate en la provincia de Luhansk. El alto el fuego será efectivo el viernes, 5 de diciembre, y el sábado 6 se empezará a retirar la artillería.

Desde que comenzó el conflicto armado, en abril pasado, ha habido dos intentos de alto el fuego que no han funcionado. El primero lo decretó unilateral­mente el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, al que se unieron los rebeldes. El posterior acuerdo del 5 de septiembre, aunque atemperó los combates, se demostró infructuos­o desde el primer momento, porque ambas partes lo incum- plieron sistemátic­amente. De hecho, lo acordado ayer son compromiso­s que se tomaron ya hace tres meses. La guerra, que se inició en abril, ha causado más de 4.300 muertos, según la ONU.

Los rebeldes de Donetsk planean retirar sus armas pesadas de una línea de separación la semana que viene. “Espero que tengamos resultados concretos el 9

Los pactos afectan al aeropuerto de Donetsk, uno de los puntos más calientes del conflicto

o 10 de diciembre”, dijo Andréi Purguin, presidente de la Asamblea Popular (parlamento) de la RPD, al anunciar el acuerdo.

Los nuevos pactos se acogieron con cautela en Bruselas, donde ayer se reunieron los ministros de Exteriores de la OTAN. Participó en videoconfe­rencia el ministro ucraniano, Pavlo Klimkin. El Gobierno de Kíev tiene el declarado objetivo de convertirs­e en miembro de la Alianza, algo que desagrada a Moscú, molesta con la expansión del enemigo de la guerra fría en su antigua zona de influencia. La OTAN volvió a acusar a Rusia “de desestabil­izar Ucrania” y pidió la devolución de Crimea, anexionada por Rusia en marzo. Moscú niega haber dado apoyo militar a los rebeldes.

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