La Vanguardia

El aeropuerto de Girona vuela bajo

En el 2008 batió la cifra récord de 5,5 millones de pasajeros y este año cerrará con poco más de dos El descenso ha repercutid­o en el sector turístico y en los puestos de trabajo, que se han reducido a la mitad

- SÍLVIA OLLER Vilobí d’Onyar

Once de la mañana de un lunes de noviembre. En el hall del aeropuerto de Girona, prácticame­nte vacío, la carcajada de un pasajero resuena en una instalació­n donde lo que impera durante gran parte del día es el silencio. Los únicos que pasean por unas salas casi desiertas son agentes de seguridad y algunos turistas que a mediodía cogerán un avión con destino a Bratislava. Pasarán cuatro horas antes de que despegue otra aeronave. Horas de tedio en el bar y en las tiendas de la zona de embarque, que suben y bajan sus persianas en función de si hay o no pasaje. Las empresas de alquiler de coches también organizan los turnos en función de los vuelos. “Ahora trabajamos un 30% con respecto a la temporada de verano”, explica uno de los trabajador­es. Fuera de la terminal, los parkings funcionan a medio gas y los taxistas ansían hacer algún servicio. A las dos de la tar- de, un taxista que había empezado su turno a las 8.30 horas aún no se había estrenado. “En las buenas épocas hacía ocho o diez desplazami­entos al día, era un no parar. Ahora, viene justo que hagamos uno”, se queja. En tres años, el aeropuerto ha perdido más de la mitad de los trabajador­es, pasando de los 1.510 del año 2011 a los 694 actuales, según un informe de UGT. En consonanci­a, las empresas radicadas en el aeropuerto también se han reducido: de 48 a 41.

Atrás quedan los años de bonanza, cuando el aeropuerto de Girona alcanzó en el 2008 la cifra récord de 5,5 millones de pasajeros en un año. Era la culminació­n de años de crecimient­o, que empezaron cuando la compañía de bajo coste irlandesa Ryanair recaló en el aeropuerto Girona-Costa Brava en diciembre del 2002 con su primer enlace hacia la ciudad alemana de Frankfurt. Luego llegaron Milán, Londres y otros muchos destinos que situaron el aeródromo de Vilobí d’Onyar en el top 10 de los aeropuerto­s españoles en cuanto al número de pasajeros, por delante de ciudades como Sevilla o Bilbao.

Una cifra, la de 5,5 millones, un tanto “engañosa” según reconocen las administra­ciones y el sector hotelero, ya que de esos viajeros un 60% iba directamen­te a Barcelona en invierno sin hacer gasto en Girona. En verano,

la cifra se reducía al cuarenta por ciento.

Desde el 2008, Girona ha ido perdiendo pasaje. Las administra­ciones calculan cerrar el 2014 con unos 2,2 o 2,3 millones de viajeros, cifra inferior a la conseguida diez años atrás cuando utilizaron las instalacio­nes de Vilobí 2,9 millones de pasajeros y lejos también de los 3 millones mínimos que fijaba el último convenio suscrito entre la Generalita­t y la compañía de bajo coste, que preveía incentivos a la aerolínea en campañas de marketing hasta el 2016 en función del número de destinos y pasajeros transporta­dos. “A menos destinos, menos campañas de marketing”, aseguran fuentes de la Generalita­t.

Son varios los factores que explican el descenso de un aeropuerto en el que Aena ha invertido más de 160 millones de euros en los últimos 14 años. La crisis económica, pero básicament­e la llegada de Ryanair a la T2 de El Prat en el 2010 ha sido el principal detonante del declive de Girona y Reus. “Sabíamos que en el momento en que Ryanair entrara en Barcelona esto iba a ser la crónica de una muerte anunciada”, reconoce un hotelero de Girona. Un cambio de estrategia de la firma, que ha decidido competir con otras compañías de low cost desde aeropuerto­s principale­s, es otra de las razones de la debacle. Entre noviembre y marzo del 2015 sólo operan desde el aeropuerto de Girona quince rutas, un 20% menos que en el mismo periodo del año pasado. En la temporada de verano fueron 69, de las cuales 49 eran de Ryanair, 16 menos que el año anterior. “Esta reducción de frecuencia­s la hemos notado especialme­nte en primavera y otoño, cuando se concentran muchas estancias cortas

AVIONES NUEVOS La compra de 175 aviones por parte de Ryanair puede beneficiar a Girona CONEXIÓN AVE La Generalita­t sigue apostando por hacer un apeadero del AVE en el aeropuerto

de turistas centroeuro­peos”, explica el gerente de la Associació Costa Brava Verd Hotels, Martí Sabrià . En verano del 2015 Ryanair prevé ofrecer 38 rutas, recuperand­o destinos históricos que había eliminado este invierno como el vuelo a Londres o a París.

A pesar de estas reduccione­s, la aerolínea de bajo coste no se plantea dejar Girona. “Esperamos incrementa­r la red de rutas así como el número de destinos, empleos y turismo en Girona”, aseguran fuentes de la firma irlandesa. Un anuncio que, de cumplirse, puede dejar entrever que la caída de pasajeros en el aeropuerto de Girona puede haber tocado fondo.

Eso es lo que creen el Govern y fuentes del aeropuerto, que ven indicios de recuperaci­ón en un horizonte no muy lejano. La compra por parte de Ryanair de 175 aviones nuevos con los que la compañía aérea augura un crecimient­o de un 40% en número de pasajeros en un plazo de cinco años podría beneficiar Girona. “En el 2016 creo que lo empezare-

mos a notar”, afirma el presidente de la Cambra de Comerç, Domènec Espadalé. La Generalita­t alega otro argumento para ver el vaso medio lleno. “En pocos años, en las horas con más fre- cuencia de vuelos, se puede dar una saturación en las pistas de El Prat” y eso podría abrir la puerta a Girona. El Govern sigue con la idea de construir un apeadero de la alta velocidad en el aeropuerto, convencido de que ello contribuir­ía a incrementa­r la presencia de más aerolíneas en Girona. La obra costaría 9 millones de euros que asumiría la Generalita­t. Actualment­e, el 90% del tráfico aeroportua­rio va a cargo de Ryanair.

La asociación para la promoción y desarrollo del aeropuerto de Girona, que reclama la gestión del aeropuerto desde del territorio, trabaja para captar nuevas compañías. El presidente del Patronat de Turisme, Ramon Ramos, asegura que hay negociacio­nes abiertas con tres aerolíneas, pero no hay nada cerrado.

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LA VANGUARDIA
 ?? AGUSTÍ ENSESA ?? Durante varias horas al día, la actividad dentro y fuera del aeropuerto es casi nula
AGUSTÍ ENSESA Durante varias horas al día, la actividad dentro y fuera del aeropuerto es casi nula
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Mostradore­s vacíos y muy pocos viajeros en el hall del aeropuerto
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AGUSTÍ ENSESA Un aeropuerto con poca actividad. En la zona de embarque, durante muchas horas al día, las sillas permanecen vacías. Entre noviembre y marzo, Girona enlaza con quince destinos, un 20 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior
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AGUSTÍ ENSESA
 ?? AGUSTí ENSESA ?? La actividad en la torre de control es escasa
AGUSTí ENSESA La actividad en la torre de control es escasa
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AGUSTÍ ENSESA Las tiendas del aeropuerto abren y cierran en función de los vuelos
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AGUSTÍ ENSESA Trabajador­as del centro de coordinaci­ón de operacione­s de tierra

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