María Pagés se busca en la poesía
La flamenca baila versos de Machado o Fray Luis de León en ‘Óyeme con los ojos’, el solo que estrena en Temporada Alta
Ha llegado el momento personal de María Pagés. Lleva casi un cuarto de siglo entregada a su compañía y le toca permitirse un solo con el que psicoanalizarse en escena y realizar esa largamente ansiada búsqueda personal. La flamenca lo ha titulado Óyeme con los ojos, en alusión al poema de Sor Juana Inés de la Cruz, y lo estrena este sábado en Temporada Alta, el festival que se lo ha coproducido. En él se apoya sin fisuras en su eterna aliada, la poesía. De José Agustín Goytisolo a Fray Luis de León y de Antonio Machado a Ibn Arabi.
“Mi arraigo es laico, pero me interesa el proceso de los místicos en su búsqueda de Dios, que en mi caso es una búsqueda hacia mí misma; ese despojarse de la cosas y buscar la esencia”, explica la bailaora, que justo ayer conseguía contactar con la viuda de José Agustín Goytisolo para que diera su permiso para recitar versos de Palabras para Julia. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. “Es la primera vez que recito en escena y la verdad es que estoy aterrada, es todo un reto. Será un poema sin música, solo con la música de la voz y el ritmo que me voy dando con los pies. Y es que ahí la palabra va por tangos”, añade, visiblemente fascinada.
Su primera experiencia artística con la poesía fue con José Saramago, aunque en aquella ocasión contó con la voz del propio poeta. Ahora se trata, dice, de “sacar esa voz propia que está encerrada en el cerebro cuando leemos poesía”. “Es el flamenco el que me ha abierto a la poesía, pues él es poesía: versos populares, anónimos, enriquecidos por la emoción de tantas gargantas que los han cantado”. Por eso no teme lanzarse a adaptar a Antonio Machado o Fray Luis de León.
“Adaptar la poesía al cante no siempre es fácil y no hay que forzar”, dice. Pero al final los palos te los da la métrica. Sin ir más lejos, el solo arranca con ¡Qué maravilla un jardín en medio de tanto fuego!, del murciano del medievo Abenarabi, que para Juan de Mairena –el cantaor que la acompaña con Ana Ramón, el guitarra Rubén Levaniegos, el chelo Sergio Menem, la percusión de Chema Uriarte y las palmas de José Barrios– arranca por martinetes y acaba por cabal y liviana. Los versos de Fray Luis, en cambio, van por fandangos. Y luego hay poemas de Belén Reyes, y de su
“La viuda de José Agustín Goytisolo me ha dado permiso para recitar ‘Palabras para Julia’, estoy aterrada”
compañero de vida, el escritor e hispanista marroquí El Arbi el Harti, que desde Dunas colabora de algún modo con Pagés.
Pagés ya había indagado en su Autorretrato (2008) cuando Mijaíl Baríshnikov la espoleó en este sentido al invitarla a bailar en Nueva York. Sus responsabilidades para con la compañía no le permitieron entonces optar por el solo. Pero a sus 51 años y con –por fin– una Carmen en cartel se permite descubrirse a sí misma. “En Yo, Carmen no dibujo a esa heroína que ven todos, sino a una mujer maltratada, privada de su libertad, coartada en su deseo femenino, que yo reivindico”.