L’Hospitalet entra en la historia de la lotería de Navidad
Catalunya recupera el 48,5% del gasto realizado, con casi 180 millones de euros
La segunda ciudad de Catalunya fue ayer la primera en suerte. Y la más agraciada de España, al repartir 155 millones de euros del gordo del sorteo de Navidad entre dos administraciones. En toda Catalunya, la cantidad repartida superó los 179 millones de euros, lo que supone el 48,5% de la cantidad que se había invertido.
Manuel Guirao, el propietario de la administración de lotería número 36 de l’Hospitalet de Llobregat –en plena rambla Just Oliveras–, abrió ayer la botella de vino de Rioja que hace 14 años compró, cuando se convirtió en lotero, y se prometió a descorchar sólo cuando diese un premio de categoría. Ayer llegó ese momento tras repartir 60 series, unos 75 millones de euros, del segundo premio, el 92845. Y si en este punto de la segunda ciudad de Catalunya se descorchaba un tinto que a su propietario le supo a gloria (aunque algunos de los presentes apuntaban la posibilidad de que estuviese avinagrado), en pleno centro comercial Gran Via 2 se descorchó cava, para celebrar, en la administración 37, la venta íntegra del tercer premio, el 7637, otros 80 millones.
L’Hospitalet de Llobregat fue ayer la gran agraciada del sorteo del gordo, al repartir 155 millones de euros entre las dos administraciones: casi todo por ventanilla y muy repartido. Fue el gran pellizco de Catalunya después de que el primer premio del gordo se fuera a Madrid, a El Bosque (Cádiz), a Mazarrón (Murcia) y a Eliana (Valencia). Aparte de l’Hospitalet, otras 38 poblaciones catalanas se vieron agraciadas con premios de menor índole. Cuartos y quintos, en algunos casos tan sólo un décimo –es lo que tiene la venta por terminal–, pero que hizo que el montante final de lo que se quedó en la comunidad fuese de 179,17 millones de euros, sin contar terminaciones, ni aproximaciones, ni pedreas. O lo que es lo mismo, Catalunya recuperó el 48,55% de lo invertido.
“Ya era hora de que tocase algo en l’Hospitalet”, exclama Carmen, una septuagenaria, al llegar ante de la administración número 36, ubicada en la rambla Just Oliveras, tomada por periodistas y por curiosos. Los agraciados llegaron con cuentagotas. Muchos, como Carmen, con un décimo o dos por repartir. Es el caso también de Antonia. “Me ha tocado dos veces la lotería en poco más de una semana”, dice porque en los últimos días ha encontrado trabajo. Muestra una fotocopia con el 92485, un décimo que jugó con cinco amigas, después de un café en el que decidieron que su suerte tenía que cambiar.
El más sonriente, el lotero Manuel, con la botella de tinto cerca, aunque no se quedó ni un décimo. “Yo estoy para repartir suerte”, suelta. De las 60 series vendidas del segundo premio la mayoría se vendieron por ventanilla. Un total de 142 décimos (17,75 millones de euros) los vendió Santi Noguera en el bar Tresols de Gavà. Él sí se quedó dos: “Voy a trabajar más tranquilo”. Allí los siguió vendiendo décimo a décimo, muchos compartidos, como también pasó con el tercer premio, el 07637, vendido íntegramente en la administración número 37 del centro comercial Gran Via 2. Unos 80 millones de
euros entre clientes y trabajadores. La lotera, Clara, sí se quedó uno. “Ha estado muy repartido entre los trabajadores, mucho”, remarca, mientras acuden algunos empleados del supermercado; y un grupo de chicas de una tienda de complementos de moda, que está justo al lado. Jugaban un décimo, unos 50.000 euros, entre ocho, pero son las que más ruido hacen.
Barcelona también arañó algo del segundo y los quintos premios distribuidos en las admistraciones de la calle Còrsega y en una librería de la Sagrera.