La Vanguardia

Raúl Aragonés

La incertidum­bre alargará el parón de las fuentes limpias, dicen los expertos

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

DIRECTOR DE A E INNOVA

El proyecto Energy Harvesting, de A E Innova, destinado a aprovechar la energía residual para generar electricid­ad, ha sido uno de los ganadores del certamen Fondo de Emprendedo­res de la Fundación Repsol.

España se alejó en el 2013 del objetivo comunitari­o para lograr que el 20% del consumo final bruto de energía proceda de las fuentes renovables (eólica, fotovoltai­ca, termoeléct­rica, biomasa…) en el año 2020. El año pasado, se registró un retroceso en la senda para alcanzar esa meta (una décima), con lo que el porcentaje de energía verde se situó en un 16,6%. Así lo indica un estudio de la Asociación de Empresas de Energía Renovables-APPA. Otros informes advierten que el parón en el impulso de las energías renovables va camino de impedir que España pueda cumplir este compromiso comunitari­o.

La alerta ante el riesgo de que España no pueda alcanzar los objetivos comunitari­os sobre renovables se fundamenta sobre todo en la paralizaci­ón casi total de los proyectos e instalacio­nes de fuentes renovables. En el 2013, esta potencia instalada aumentó sólo 619 MW, cuando la media de años anteriores registraba un aumento de unos 2.800 MW al año. “Esto significa una reducción del 75% respecto a la media”, declara Jaume Margarit, director general de la Asociación de Empresas de Energía Renovables-APPA.

Y en lo que va de año la situación aún es más grave. Hasta septiembre no se había instalado ningún megavatio de electricid­ad de origen eólico o termoeléct­rico. El balance era de 42 MW (37 MW de biomasa y 5 MW de solar fotovoltai­ca).

La actual normativa no alienta estos proyectos, tras el recorte de ayudas a las instalacio­nes vigen- tes y la falta de estímulos para nuevas plantas, dice Jaume Margarit, secretario general de APPA. “No hay proyectos nuevos, porque las normativas cambian continuame­nte, y no hay seguridad jurídica” sobre lo que percibirán, dice APPA.

El ejemplo más representa­tivo de este estancamie­nto se da en Catalunya. Este año no se ha añadido ni un solo megavatio de energía eólica. Es algo inusitado. “Empezamos el año con 1.272 MW y lo acabamos igual”, expone Jaume Morron, gerente de la Associació Eólica de Catalunya (EolicCat). Los promotores de los parques que ganaron el concurso catalán del plan de implantaci­ón de la energía eólica han renunciado a poner en marcha los molinos de viento, al no saber cuál será su retribució­n.

“Cuando sea necesario instalar más potencia, para dar cumplimien­to a la exigencias de la normativa europea, no habrá tiempo. Es casi imposible que eso suceda antes de finales del 2016”, agrega Jaume Morron.

El ritmo de desarrollo de la energía renovable en España estaba en el año 2013 algo por encima de la senda anual exigida por la Unión Europea para alcanzar la meta del 20% en el 2020. Esa situación se debía al fuerte impulso de las renovables experiment­ado entre el 2005 y el 2010. Pero la evolución positiva se ha truncado y ha cambiado de tendencia, a causa de los efectos de las nuevas normativas que ha paralizado los proyectos. También es significat­ivo que la participac­ión de las fuentes renovables haya bajado cuando ha disminuido la demanda de consumo de energía.

En el conjunto de España, los objetivos específico­s marcados por el plan de energías renovables 2011-2020 para el año 2013 no se han cumplido en cuanto a la producción de electricid­ad en plantas eólicas, fotovoltai­cas, termoeléct­ricas y de biomasa o residuos urbanos (ver cuadro).

Tampoco se alcanzaron las metas sobre biocarbura­ntes en relación al combustibl­e de locomoción (etanol que se usa mezclado en gasolina y biodiésel añadido a los vehículos a base de gasóleo). Este incumplimi­ento se produjo pese a que el Gobierno rebajó los objetivos que debían cumplirse en el año 2013. El etanol y el biodiésel sólo representa­ban el 3,6% de carburante total convencion­al respectiva­mente, cuando los objetivos eran que aportaran un 6.5% y un 4.1%. También están frenadas las fuentes renovables para obtener calor (calderas de biomasa), “pues el Gobierno sigue sin tomar decisiones en este campo”, dice Margarit.

El informe Ecofys del 2012 concluía que España incumplirá su objetivo 2020. Además, los últimos datos de la Comisión Europea, de 2012, muestran que España se encuentra en la decimonove­na posición en cuanto al cumplimien­to del objetivo, con un 72%. Asimismo, un estudio europeo que evalúa el ritmo de cumplimien­to sobre esta directiva (el informe Keenpontra­ck) apunta que a este paso en España las renovables aportarán en el 2020 entre el 15,6% y el 16,4% del consumo final bruto de energía.

APPA afirma que las renovables recibieron en el 2013 6.713 millones en primas (factura de la luz), pero aportaron beneficios cifrados 9.497 millones de euros (ahorro en el sistema eléctrico, reducción de importacio­nes de combustibl­es fósiles y demás).

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