El escolta francés
“Vivir como jugador la rivalidad con el Madrid será muy especial”, dice el escolta
Buen pasador y defensor, con altos porcentajes de tiro y notables condiciones físicas, Edwin Jackson (1,91 m), fichaje de urgencia del Barça, lo tiene todo para paliar la maldición de lesiones que afecta al equipo y está preparado para debutar de inmediato.
Máximo anotador de la última ProA (18 p/partido) y líder en la actual (18,4). Altos porcentajes de tiro (56% de dos, 36% en triples, 89% en tiros libres). Buen pasador y defensor, con notables condiciones físicas. Y muchas ganas y tiempo para progresar a sus 25 años. Lo tiene todo Edwin Jackson (1,91 m; no, centímetros no le sobran), el escolta francés que acaba de fichar el Barcelona para paliar la maldición de lesiones que afecta a todos sus jugadores de dicha posición: Eriksson, Abrines, Oleson y Navarro. De este último se confirmó ayer que sufre una rotura en el bíceps femoral de la pierna derecha. Seis semanas de baja.
Obviamente, Jackson, “muy contento de estar aquí, porque a un club como este no se le puede decir que no”, no podrá hacer pretemporada con su nuevo equipo, pero no le falta ritmo de competición y está preparado para debutar de inmediato: este domingo en el Palau y ante el Real Madrid. “Soy muy consciente –explicó– de la rivalidad que hay entre los dos clubs en el fútbol y en el baloncesto. En Francia la seguía por televisión y vivirlo ahora como jugador será algo muy especial”.
De momento, el compromiso es sólo hasta final de temporada, que es también cuando terminaba su contrato con el Asvel Lyon-Villeurbanne, y reconoce que “no sé cuál será mi futuro”, pero añade que “si están contentos, para mí sería un gran honor seguir aquí”. “No se puede rechazar una oferta del Barça. Para mí era muy importante venir”, reitera. Por eso llamó personalmente al presidente del Asvel, que es Tony Parker, campeón de la NBA con los Spurs. “Era un problema para el equipo, porque yo era uno de los jugadores importantes, pero lo ha entendido”.
Edwin llegó allí en el 2007 justo antes de cumplir los 18 años y después de pasar tres en el prestigioso Insep, el centro federal de formación de promesas. Él nació en Francia, en Pau concreta- mente. El estadounidense es su padre, Skeeter Jackson, aunque se nacionalizó y jugó con Francia a finales de los ochenta.
También él. De momento, 29 partidos, incluidos los dos últimos Mundiales, con medalla de bronce este año en España. Y una aportación menor, es cierto: 4 y 9,7 minutos y 0,8 y 4,1 puntos por encuentro. Pero él revindica su papel en los bleus como muestra de que está preparado para ser menos protagonista en el Barça de lo que solía en el Asvel. “Ningún problema. Quiero entrenarme con los mejores de Europa. Soy joven y puedo progresar a su lado. Navarro es un modelo para mí. Estoy al servicio del equipo. Si no meto muchos puntos da igual. Hay muchas maneras de ayudar. Y la victoria es lo más importante”.
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